Tócala otra vez, Adolf
Blancas: A. Anderssen (Alemania). Negras: J. Dufresne (Alemania). Gambito Evans (C52). Berlín, 1852.
La música y el ajedrez son las dos artes más propicias para admirar una y otra vez obras maravillosas, como ésta, conocida por muchos lectores, que no podía faltar en una colección de joyas. Por algo fue bautizada como la Siempreviva: 1 e4 e5 2 Cf3 Cc6 3 Ac4 Ac5 4 b4 Axb4 5 c3 Aa5 6 d4 exd4 7 0-0 d3 8 Db3 Df6 9 e5 Dg6 10 Te1 Cge7 11 Aa3 b5 12 Dxb5 Tb8 13 Da4 Ab6 14 Cbd2 Ab7 15 Ce4 Df5 16 Axd3 Dh5 17 Cf6+!! (los dos signos de admiración no obedecen a un criterio objetivo de calidad, ya que la partida se ganaría prosaicamente con 17 Cg3 Dh6 18 Ac1 De6 19 Ac4 Cd5 -o bien 19 ..Dg6 20 Ch4 Dg4 21 Axf7+, ganando la dama- 20 Cg5 Dg4 21 Te4 Cxc3 22 Axf7+ Rd8 23 Txg4 Cxa4 24 Txa4, con ventaja decisiva; pero ese pragmatismo nos hubiera privado de una de las grandes joyas de la historia) 17 ..gxf6 18 exf6 Tg8! (Dufresne toma el mejor camino de contraataque) 19 Tad1! (los programas informáticos proponen 19 Ae4, pero muchos analistas a lo largo de la historia, incluyendo a Kaspárov, coinciden en que la de Anderssen es más profunda y brillante) 19 ..Dxf3? (diagrama) (tanto 19 ..Dh3 como 19 ..Tg4 son mejores, pero sería injusto reprochar a Dufresne que no viera la genialidad que sigue) 20 Txe7+! Cxe7!? (Kaspárov: "Otra prueba de que las obras de arte requieren la generosa cooperación del perdedor". Era objetivamente mejor 20 ..Rd8, aunque las blancas ganarían igualmente con 21 Txd7+! Rc8 22 Td8+!, pero el desenlace no sería tan brillante como en la partida) 21 Dxd7+!! Rxd7 22 Af5+ Re8 23 Ad7+ Rf8 24 Axe7 mate. Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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