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La policía busca a pirómanos que queman casas de Cádiz

Los sospechosos utilizan carritos de bebé para los fuegos

Un nuevo incendio en Cádiz y el mismo patrón que los anteriores. Plena madrugada, un edificio del casco antiguo y varios carritos de bebé dejados en el patio a los que prenden fuego. La policía cree que todos estos siniestros tienen relación entre sí y busca a uno o varios pirómanos que siguen el mismo ritual. El de ayer, en la calle Buenos Aires, fue el cuarto. La aparición de un número cuatro pintado en la fachada del inmueble añade misterio a este suceso. "Antes del fuego no estaba ahí", reveló uno de los vecinos afectados.

El fuego se había iniciado en cuatro carritos de bebé. Los vecinos de un bloque aledaño aseguran haber visto a una mujer de unos 30 años vestida de marrón entrando en el edificio y huyendo del lugar de los hechos tras iniciarse el incendio. La policía tiene claro que este caso y los otros tres que se produjeron en la madrugada del 26 de junio han sido provocados por las mismas personas. Siempre utilizan los materiales que hay en las casas para propagar las llamas, sin ningún elemento complementario. Se sospecha, además, por la distancia entre los fuegos, que utilizaron algún tipo de vehículo para desplazarse.

La policía ha reforzado la seguridad en la zona para impedir que se repitan incidentes similares y se han tomado medidas para tratar de interceptar a los pirómanos. También se está buscando a más testigos que pudiera describir a sospechosos en la ruta en la que suelen utilizar para escapar.

Ocho personas, cuatro mujeres y cuatro niños, tuvieron que ser atendidos por inhalación de humo después de que las llamas subieran a más de dos metros de altura por el patio. En la casa viven 25 personas, todas en régimen de alquiler, entre ellos, una decena de menores de edad. Muchos inquilinos trataron de escapar a la calle o a la azotea. Los bomberos recordaron ayer que no es lo más recomendable, sino que lo más seguro en caso de fuegos en zonas comunes es quedarse dentro de la casa a la espera de la llegada de los servicios de emergencia para evitar intoxicarse durante la huida.

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