El Consell propone a los empresarios autopistas alternativas a la A-3 y A-31

Hace dos meses y medio el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, ambos del PP, anunciaron que exigirían a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, una nueva autopista de pago alternativa a la A-3 -autovía que conecta Valencia con Madrid-.

"El Ministerio no se está planteando la construcción de una autopista de peaje", dijo ayer el consejero valenciano de Infraestructuras, Mario Flores, para explicar la reunión que ayer tuvo con la plana mayor de la patronal autonómica Cierval. Flores pidió a los empresarios que se sienten y estudien la viabilidad económica de dos nuevos tramos de autopista de peaje -uno entre Alicante y Caudete y otro entre Valencia y Requena- alternativos a las autovías A-3 y A-31. El objetivo es mejorar el tráfico entre la Comunidad Valenciana y Madrid e incentivar de paso la obra pública en tiempos de crisis.

Los técnicos de Infraestructuras ultiman, según explicó Flores, un proyecto que trasladarán a los empresarios a finales de julio para que estudien su viabilidad económica. La Generalitat licitaría los proyectos y los entregaría en régimen de concesión a empresas privadas.

Las autopistas llegarían hasta el límite de las dos provincias -hasta ahí llegan las competencias de la Generalitat-, tendrían un trazado lo más directo posible, con pocas salidas y su uso sería exclusivo para vehículos ligeros. Los camiones estarían excluidos y la intención del Consell es conseguir que en estos tramos se permita circular a una velocidad superior a los 120 kilómetros por hora, algo no permitido hasta ahora.

El propósito del Consell es que estas vías de pago se prolonguen por otras comunidades autónomas hasta enlazar con las radiales de peaje (R-3 y R-4) de Madrid. El trayecto sería paralelo a los corredores ferroviarios de alta velocidad.

Para el cálculo de potenciales clientes, la consejería ha tomado las intensidades medias diarias (IMD) en la A-3 y la A-31. Así la intensidad en la A-3, cruce con la CV-50 a la altura de la localidad de Chiva (uno de los puntos con más tráfico de la autovía) es de 69.000 vehículos al día, un 25% pesados. La A-31 soporta 65.000 diarios.

"Dadas estas intensidades de tráfico, y los problemas existentes esperamos involucrar a la iniciativa privada buscando fórmulas para que estos proyectos sean rentables, puedan ser amortizados en un tiempo prudencial y los bancos también los vean financieramente viables", explicó Flores.

Antonio Godoy, responsable de Infraestructuras en el Grupo Socialista de las Cortes Valencianas, pidió conocer en detalle la propuesta antes de valorarla, pero recordó que el Ministerio de Fomento tiene ya en proyecto la construcción en la A-3 de un tercer carril entre Valencia y Buñol, así como un carril para transporte público. Godoy pidió más rigor y planificación a la consejería y lamentó su escaso ritmo inversor: "En los últimos seis meses no se han licitado nuevas carreteras ni en Valencia ni Castellón. Sólo han salido tres pequeñas obras en Dénia, Dolores y Elda", dijo el diputado, que cifró en más de 380 millones de euros la inversión del ministerio en la Font de la Figuera y el tramo Bonete-Alicante.