La política duele menos que un 'piercing'
"Mira, yo a este congreso vengo con el objetivo de no enfadarme", le dice un delegado a otro, sentados ambos frente a sendos cafés y suspirando. Son las 9.30 y arranca la segunda jornada del 37º congreso del PSOE en el recinto ferial de Madrid. El amago de enfado del compromisario parece deberse a meras disputas internas de la delegación -menganita se ha erigido en portavoz sin merecerlo-, pero hoy es el día de los debates de fondo: los 995 delegados están repartidos en comisiones de trabajo para decidir la línea política del partido.
Primera noticia: el PSOE va a promover una ley de plazos del aborto después de eliminar esa misma propuesta del programa electoral hace sólo cuatro meses. El anuncio lo hace la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, durante el acto de aniversario de los 30 años de la Secretaría de Igualdad del partido (es decir, mientras los delegados debaten el tema en comisión). Ante un público casi exclusivamente femenino que se abanica sin parar y en el que están la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, el número dos del PSOE, José Blanco, y el responsable de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo.
Hay quien espera que suba Aído a la tribuna para ver si acuña algún término que alimente el debate igualitario, pero la ministra no sube. Sube Fernández de la Vega y suelta la noticia. Decenas de mujeres se ponen en pie y aplauden hasta casi romper los abanicos. "¡Lo ha dicho!" "¡Por fin, ley de plazos!", exclaman. Y piropean a la vice: "¡Qué guapa está hoy!". "Treinta años y cuánto ha cambiado este país... ¿verdad, amigas?", dice ella, haciendo guiños.
Después de las mujeres, los jóvenes. La misma carpa acoge un acto de las Juventudes Socialistas (los delegados siguen debatiendo en la planta de arriba, a puerta cerrada). Como son jóvenes, las sillas del acto anterior se retiran y los asistentes se sientan en el suelo. En pantalla se proyecta el vídeo de la campaña de afiliación a la organización juvenil del PSOE, con un lema: "Afíliate. Atrévete. Duele menos que ponerte un piercing". La política, sostiene el vídeo, es "acción, diálogo, convivencia". Y para hablar de eso están en el acto, como invitados, el secretario general de los socialistas vascos, Patxi López, y Leire Pajín, que horas después va a ser propuesta secretaria de Organización del partido por José Luis Rodríguez Zapatero.
Pajín recuerda sus tiempos en Juventudes con una nostalgia especial -pocos saben, a esa hora, a qué atribuir la emoción- y pide a su auditorio que esté atento para que la dirección del PSOE no falle a la sociedad. Una chica le pregunta: "¿Cómo explicamos la directiva europea de inmigración? Tiene aspectos reaccionarios". Ella dice que, efectivamente, no se ha explicado bien y que ahí reside el problema. Pero tampoco la explica. Patxi López hace campaña: "Cuando sea lehendakari, que lo seré, una de mis prioridades serán los jóvenes", anuncia con una tímida sonrisa. Los jóvenes del PSOE están de acuerdo: "¡Ari, ari, ari, Patxi lehendakari!"
A la hora de la sobremesa las comisiones ya han terminado. El trabajo está hecho. Toca aclamar al secretario general, por tercera vez Rodríguez Zapatero. En el compás de espera se hacen corrillos y los delegados hablan de los problemas de sus ayuntamientos -muchos son concejales- o hacen cola para fotografiarse con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. Ya es vox populi el nombramiento de Pajín. "¡Es magnífica!", aprueba una mujer. "¿Va en serio? Vaya sorpresa. Pero bien, bien, es el futuro", se encoge de hombros su compañero.
Llegan los dirigentes (ayer, sin corbata). A Zapatero le hacen el pasillo y le tiran besos. Dentro del plenario anuncia formalmente que Leire Pajín será su número tres. Un millar de personas se levanta y la aclama mientras los técnicos suben el volumen de la música. Ella tiene los ojos tan achinados de reír, que parece llorar.
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