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Reportaje:EL RINCÓN

Prometeo refugiado en Celama

Su sueño se lo inventó en sus sueños infantiles. Y no era escribir, sino ser dueño de una película. Poseer algo mágico, y disponer de ese milagro que iluminaba la oscuridad. Impensable para el niño Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) de los años cuarenta y cincuenta, que en 1973, hace 35 años, publicó su primer libro, Memorial de hierbas, el cual allanó el camino para empezar a hacer realidad su sueño, y a repetirlo y repetirlo; de tal manera que en las librerías de su casa madrileña hay tantos sueños-DVD como libros. El pasillo que conduce a la habitación donde lee y escribe es el último de la casa y está custodiado por decenas de películas, especialmente clásicas. Una vez dentro de su rincón de trabajo, se ve cómo esos sueños se adentran hasta allí para conquistar las primeras estanterías de madera hasta confundirse con novelas, cuentos, poemas y ensayos de todos los géneros que al final dominan la estancia. Una habitación mediana con una ventana junto a la que el escritor y académico tiene su escritorio y, a seis pasos, un cómodo sofá borgoña donde lee.

Es el refugio donde se fragua Celama, esa región mítica que habita entre el estar dormido y despierto en el que han transcurrido y transcurren episodios de historias recientes y autónomas, y agrupadas ya bajo el premiado título de El reino de Celama.

Y como en ese mismo estadio entre aquí y allá, Mateo Díez reconoce que puede escribir en cualquier sitio y que no le molesta hacerlo "con el ruido de la vida". Aunque antes de sentarse frente al ordenador ha dejado en una pequeña libreta roja la semilla de su libro por si tuviera que esquivar la fragilidad de la memoria. Cada cuaderno es un libro, uno de ellos para niños y jóvenes acaba de cobrar forma como El sol de la nieve o El día que desaparecieron los niños de Celama (Gadir). Una fábula sobre padres, hijos y desaparecidos del siglo XX, ilustrado por Antón Díez, el único dedicado al mundo infantil de su reino literario y el primer título tras su jubilación del Ayuntamiento de Madrid en septiembre.

Cercado de libros y cada vez más películas y series de televisión, Luis Mateo Díez está atento a derroteros literarios como el cómic y la novela gráfica. Escribe tres horas por las mañanas y luego lee o relee, como ahora con Las mil noches y una noche (edición de Aurea), o a algunos de sus clásicos italianos y rusos con lugar preferente en su biblioteca. Sobre su escritorio, ejemplares de sus últimos libros, las notas de su próxima novela, El animal piadoso, y un diccionario abierto, indispensable aliado para alguien que considera que "el escritor es como un francotirador de la palabra".

Luis Mateo Díez, en la habitación de su casa madrileña donde lee y crea su literatura.
Luis Mateo Díez, en la habitación de su casa madrileña donde lee y crea su literatura.LUIS MAGÁN

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