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San Gil achaca su salida a la falta de "oposición frontal" al nacionalismo

María San Gil ha dado un nuevo paso en su alejamiento de la política activa. Ha enviado una carta a los 4.000 afiliados populares en el País Vasco para detallar las razones de su despedida de la presidencia del PP. En un breve texto de algo más de un folio, San Gil explica que la discrepancia con la dirección de su partido se basa en cómo éste debe enfrentarse a la "dispersión de la idea nacional, que permite a los nacionalistas seguir avanzando hacia la autodeterminación", una idea que contempla el proyecto de España auspiciado por Rodríguez Zapatero en connivencia con los nacionalistas y que consiste en transformar políticamente y socialmente el país.

María San Gil cree que la acción política del PP debería orientarse a "una oposición frontal" a un proyecto que, según afirma, "choca en lo esencial" con el proyecto de España que defiende su partido.

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La todavía presidenta del PP es muy clara: "A lo largo de los últimos meses, y especialmente a través del desarrollo del último Congreso de Valencia, he podido confirmar que la dirección nacional del partido tiene una visión completamente distinta de la mía en relación con la situación política y social y con la manera de enfrentarse a ella. A esta nueva estrategia se ha sumado una parte mayoritaria de los dirigentes vascos. Una vez manifestada mi desconfianza en Mariano Rajoy y comprobado que yo a mi vez no respondo a la confianza de la dirección del PP vasco, creo que lo más honrado, con el partido y conmigo misma, es apartarme de la vida política".

Esta retirada anunciada por sorpresa semanas antes del cónclave de Valencia fue un duro golpe para el liderazgo de Rajoy, acosado entonces por el goteo de deserciones del sector crítico. Y abrió una brecha en el seno del PP vasco al que obligó a adelantar el congreso -se celebrará los próximos 12 y 13 de julio, y ayer concluyó el plazo para designar a los 400 compromisarios- y a elegir precipitadamente un candidato de consenso para sucederla, que será Antonio Basagoiti.

San Gil ha permanecido callada desde entonces. Todavía no ha decidido si asistirá al congreso vasco, que será en Bilbao. Al de Valencia, en el que era compromisaria nata, no fue. Rajoy no la mencionó en su discurso final, aunque después ha dicho que si ella quiere volver tiene reservada una plaza en el Comité Ejecutivo. En el entorno de San Gil insisten en que él "no ha hecho un solo gesto" de reconciliación. El líder, por el contrario, designó para formar parte de la ejecutiva a Maria del Mar Blanco, víctima del terrorismo y una especie de sustituta simbólica de María San Gil.

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