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Entrevista:MANUEL AMEIJEIRAS | Delegado del Gobierno en Galicia

"Los Gobiernos de España deben mucho a Galicia"

Xosé Hermida

Va por el quinto año de delegado del Gobierno, "una eternidad", dice, agradecido por "haber tenido suerte" para sobrevivir a "naufragios, incendios, reganosas, huelgas...". Manuel Ameijeiras (A Coruña, 1949) se siente al mismo tiempo delegado del Gobierno y "embajador de la Xunta ante Madrid". Coincidió con Emilio Pérez Touriño hace años en el Ministerio de Obras Públicas. "Tengo con él sintonía política y, por qué no decirlo, admiración", confiesa.

Pregunta. ¿Para qué es necesario un delegado del Gobierno?

Respuesta. Su misión es una gran desconocida. No es sólo el jefe de la policía, sino que representa al Gobierno de España. Soy como su voz y sus oídos en este territorio. No aspiro a ser una estrella rutilante, pero para alguien con vocación de servicio público éste es un cargo emocionante. Cuando se trata de actuaciones policiales, estás en el filo de la navaja. Siempre tienes críticas por excesos o porque no actúas. Y cuando se hace bien, sólo te lo dicen los amigos. Nunca queda bien apoyar al delegado del Gobierno. Pero va en el sueldo.

"Si Touriño no logra los traspasos pendientes, no los logrará nadie"
"No ha sido este Gobierno el que dejó engordar el tema de Serrabal"
"No hay ninguna garantía de que no se repita la oleada de incendios"

P. Cuando hay roces entre el Gobierno central y la Xunta, ¿se siente con el corazón partido?

R. Sí, es así. Dedico toda mi actividad a representar al Gobierno, pero he sido colaborador de Emilio Pérez Touriño en anteriores etapas y él es mi referencia política. Es la persona a la que siempre siento presente.

P. Y a veces hay fricciones entre los dos gobiernos.

R. Hay un juego de poderes, de protagonismos políticos, conflictos de espacios... Es un desafío para buscar equilibrios. Por mucha admiración y colaboración que tenga con el presidente de la Xunta, no dejo de ser el delegado del Gobierno.

P. ¿Se ha logrado acabar con la sensación de olvido por parte del Estado que comparten muchos gallegos?

R. A los gallegos nos deben mucho los gobiernos de España. Para equilibrar esa balanza estamos trabajando todos los días. El presidente del Gobierno ya ha dicho que ésta es la hora de Galicia y del AVE. Lo esperamos con impaciencia. Y es totalmente legítimo que desde Galicia le exijamos al Gobierno.

P. Las promesas sobre el AVE chocan con el escepticismo general. ¿Por qué hay que creer a este Gobierno?

R. Porque es su compromiso político y su empeño. Y yo creo firmemente en Touriño y Zapatero. No sólo en el tema del AVE, sino también en el de las transferencias. Si no las consigue Touriño, no las consigue nadie.

P. ¿Le ha dado muchos quebraderos de cabeza la ministra de Fomento?

R. En Galicia se está haciendo un esfuerzo en infraestructuras sin precedentes. Y a ella no se la ha tratado con la debida justicia. Tampoco quiero defenderla a ultranza, porque ella misma es consciente de que ha tenido problemas de comunicación. Pero estoy seguro de que cumplirá sus compromisos, sobre todo en el AVE, que es la imagen del cumplimiento del Gobierno con Galicia.

P. ¿El hecho de que los transferencias las negocie Quintana le genera más tensiones?

R. Independientemente de que la representación institucional le corresponda al vicepresidente, todo está dirigido por el presidente. La Xunta es única y todo va en función del presidente, al que no se le escapa absolutamente nada de la relación con el Gobierno de España.

P. Hay dos traspasos sobre los que el Gobierno se muestra muy reacio: el tráfico y el salvamento marítimo.

R. Se está trabajando en el camino adecuado. El tema va a ir al Congreso de los Diputados, que tendrá la última palabra. En el tráfico sólo puedo decir que las cifras no van mal. Siempre podían ir mejor, pero las nuevas normas y el aumento de efectivos están dando resultados.

P. ¿Comparte que esas competencias se gestionarían mejor desde Galicia?

R. No podemos caer en las declaraciones oportunistas. El salvamento marítimo es un tema complejísimo y costosísimo, que responde incluso a compromisos internacionales. Es cierto que para Galicia resulta estratégico. Ahora hay un convenio con la Xunta que está funcionando bien y del que estamos orgullosos. El Gobierno siempre actúa de forma coordinada.

P. ¿Cuál es el principal problema de orden público en Galicia?

R. Tenemos las mejores cifras de seguridad de España después de La Rioja. Hay conflictos con un grupo que se dedica a la actividad terrorista, aunque algunos lo consideren de baja intensidad. Ahí aún tenemos un trabajo pendiente. La Guardia Civil y la Policía disponen de grupos contra la delincuencia organizada, y ahora hemos traído guardias civiles de refuerzo. No ha habido desgracias personales, pero en los últimos meses estos grupos habían incrementado su actividad y su proselitismo. Y hay que erradicarlo porque siempre es un peligro. A ver si le damos el hachazo definitivo.

P. ¿Tienen idea de la verdadera dimensión de estos grupos?

R. Afortunadamente, mueven poca gente. Pero siempre están ahí para hacerse notar en determinados momentos, al hilo de acontecimientos de actualidad, como ahora con el 25 de Julio. Tampoco hay que minimizar el riesgo ni cantar victoria porque han conseguido cierta organización y eso ha levantado las alarmas del Gobierno.

P. Ha habido críticas por la tardanza en intervenir en los paros de transporte y la pesca.

R. El Gobierno ha actuado muy bien. No quiso sobreactuar ni crispar para que el conflicto no fuese a mayores. Pero llegó un momento en que la responsabilidad le obligó a defender el interés general, porque una protesta de estas características afecta mucho a la actividad económica. La huelga se convocó un lunes, y el miércoles ya estaba en marcha una intervención policial que ha merecido muchos elogios. Y eso, al mismo tiempo que se negociaba con los sectores afectados hasta conseguir un acuerdo. Una huelga de transportes se sabe como empieza, pero nunca como acaba. Es un desafío al Gobierno. Aquí se ha defendido el interés general y el respeto a la legitimidad de las demandas.

P. ¿Se lo piensa mucho antes de ordenar una intervención policial?

R. Mucho, mucho. Para ser delegado del Gobierno no se estudia y, por lo tanto, tienes que tener el oído muy atento a lo que dicen los profesionales. Afortunadamente, en las fuerzas de seguridad los tenemos muy buenos.

P. En el conflicto de la mina de Serrabal, el propio Touriño ha pedido a Fomento más determinación para entrar en las instalaciones y permitir que sigan las obras del AVE.

R. Estamos jugando limpio y, una vez más, defendiendo el interés general, mientras otros sólo quieran sacar tajada. Él [Juan Miguel Villar Mir, concesionario de la mina] tiene influencia económica y capacidad de moverse políticamente, y ha jugado con todo eso. Pero hasta aquí hemos llegado. No sólo tenemos la legitimidad administrativa, que faculta para un trámite expropiatorio, sino que hemos pedido la autorización judicial, porque esta persona ha engañado y no ha colaborado.

P. ¿Le preocupa la actitud numantina del empresario y los trabajadores?

R. Claro que sí. Pero hay que insistir en que no están en juego los puestos de trabajo. Hay estudios que lo constatan. ¡Si es que lo ha venido a reconocer él mismo! Se lo hemos demostrado a él, a sus directivos y a los trabajadores. Pero han preferido huir hacia delante. Sin embargo, hemos llegado al límite. Y otra vez me va a conocer la gente por la actuación de las fuerzas de seguridad. Los grupos políticos también deberían intentar que esto no se crispara. Y estoy oyendo declaraciones irresponsables, solamente por desgastar al Gobierno y a la Xunta, a sabiendas de que se está engañando.

P. ¿Le consta que hubiese connivencia del anterior Gobierno con Villar Mir?

R. Todo parece indicar que puede haber algo. Si no, no se explica nada de lo que ha sucedido. A los hechos me remito. Un señor pedía en su día 980 millones de euros de indemnización, apurando al máximo las valoraciones, y al mismo tiempo la prórroga de la concesión. Este gobierno no ha sido el que engordó ni dejó correr semejante indemnización ni permitió que las cosas llegaran hasta aquí.

P. ¿Hay garantías de que no se repetirá una oleada de incendios como hace dos años?

R. Garantías, ninguna. Nos coge con más sabiduría, recursos, prevención y planificación. Pero los riesgos están ahí y esta campaña será complicada. Se prevé un verano caluroso y ha llovido mucho en primavera, lo que ha llenado el monte de maleza sin dar tiempo a limpiarlo. Ahora bien, tenemos más recursos y estamos más entrenados.

Manuel Ameijeiras, en el casco histórico de Santiago.
Manuel Ameijeiras, en el casco histórico de Santiago.ANXO IGLESIAS

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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