"De la mano de ETA, aquí se cuestiona todo"
Leopoldo Barreda fue elegido vocal de la ejecutiva nacional del PP en el congreso que el partido celebró el pasado fin de semana en Valencia, un reconocimiento a su larga y comprometida militancia. El portavoz popular en el Parlamento vasco sustituyó a la aún presidenta de la formación en Euskadi, María San Gil, en el debate en la Cámara que culminó anteayer con la aprobación de la ley de consulta de Ibarretxe.
Pregunta. ¿El aumento de uno a tres representantes vascos en la ejecutiva nacional del PP premia la rapidez con que han cerrado la crisis abierta por María San Gil?
Respuesta. El mayor peso del País Vasco obedece a la importancia que Mariano Rajoy y el partido en su conjunto dan a lo que está pasando en el País Vasco. Somos conscientes del desafío que desde aquí se está dando, no ya a la Constitución, sino a la convivencia, a las libertades y al funcionamiento del estado democrático de Derecho. En realidad, se está cuestionando todo de la mano de ETA. Y hacer frente al desafío irresponsable de Ibarretxe requiere mucha decisión política.
"Rajoy le ha hecho a San Gil todos los ofrecimientos posibles"
"El 'lehendakari' es el primer obligado a cumplir la ley"
P. Para el PP vasco el caso de San Gil sigue coleando. ¿Logrará Rajoy recuperarla?
R. María ha tomado sus decisiones y Mariano Rajoy le ha hecho todos los ofrecimientos posibles, pero el PP vasco tiene que seguir mirando hacia adelante, con la responsabilidad de representar a 200.000 votantes. Tenemos que buscar cómo crecer y cómo sintonizar con el tejido social. Sabemos que la sociedad vasca no se siente representada por un Gobierno que plantea la ruptura y le tenemos que ofrecer certidumbres.
P. ¿La etapa de Mayor Oreja se ha cerrado definitivamente?
R. En el PP vasco ha habido muchas etapas, y es evidente que Mayor Oreja, que ha dado su impronta a una época, ha sido una persona muy importante en la historia del PP, pero ahora le corresponde el liderazgo a Antonio Basagoiti.
P. Han hablado mucho de principios y valores. ¿Se van a modificar o alterar?
R. En la nueva etapa tenemos la obligación de que esos principios, a los que nos hemos dedicado con voluntad de servicio, sean compartidos por más gente para poder aplicarlos a la gestión política más eficazmente.
P. ¿Que autocrítica haría a la política de su partido?
R. La autocrítica siempre ha de existir. Quizás la tentación de contentarnos con nuestros votos y decir que no se puede ir más lejos ante la contemplación de las dificultades. Y la reflexión política tiene que ser que, cuando teníamos los mismos votos que hoy tiene EB, en 1990, y yo era el único representante en el Parlamento, siempre pensábamos en un futuro en el que queríamos llegar a más gente. La resignación y el conformismo no forman parte de nuestro lenguaje.
P. Ustedes llegaron a pactar en otros momentos con el PSE y con el PNV. ¿Eso sería ahora posible o no?
R. El pacto y el acuerdo entre las fuerzas políticas ha formado parte ininterrumpidamente de la gobernabilidad en el País Vasco desde 1983. Nunca hemos renunciado por cuestión de principios y siempre hemos sabido en qué momento debíamos contribuir a la gobenabilidad.
P. ¿Eso explica que se hayan eliminado de la ponencia política de su partido las menciones concretas al PNV cuando se alude al nacionalismo?
R. No. Ha servido para que algunos utilicen eso como pretexto, como hubieran utilizado cualquier otra coma. La ponencia ha mejorado porque contempla el nacionalismo en su conjunto; no pone el acento en un partido concreto olvidándose de los demás y considera que hay una serie de partidos excluyentes que están actuando al unísono como un frente nacionalista que lo que busca es la alianza permanente de Estella con Batasuna y sus sucesivas marcas. Ésa es la realidad.
P. ¿Considera que se trata de un verdadero desafío o que acatarán finalmente la legalidad?
R. Lo que está sopesando el PNV es la movilización social. Lo que Ibarretxe tiene en la cabeza no es la idea de un demócrata que acepta el dictamen de los tribunales porque son los órganos que en democracia tienen encomendado decidir qué es o no conforme a la ley, sino el recurso a tomar la calle, como les vimos ante el Palacio de Justicia de Bilbao. Es incapaz de aceptar la legalidad cuando ésta le obliga a pasar por algo.
P. El no admitir ser encausado es como creer que se tiene bula.
R. Eso es lo que sostenían en sus recursos judiciales, que no estaba sometido a esas condiciones y podía hacer caso omiso a la ilegalización de Batasuna. Quien no admite ser encausado es porque se siente por encima y al margen de la ley, en una posición privilegiada, como la que exigían los manifestantes al afirmar que no se podía ir contra el lehendakari, cuando él es el primer obligado a cumplir la ley.
P. ¿La recuperación de la idea de unidad nacionalista para acumular fuerzas no indica una cierta debilidad?
R. Para conservar el poder el PNV promueve la unidad de los nacionalistas, demócratas o no, frente a la unidad de los demócratas, nacionalistas o no, para combatir a ETA y defender las libertades. Han elegido la opción de todos nacionalistas, peguen tiros o no. Se trata de un signo de debilidad, porque el PNV no contemplaba en la Transición que, tras 30 años de democracia, la sociedad vasca no fuera masivamente nacionalista.
P. El PP tiene Álava como territorio propicio, pero ha salido de los gobiernos de sus dos instituciones principales.
R. El PP ganó en 2007 las elecciones en Álava, cosa que no ocurría desde 2000. Y su peso es notable como segunda fuerza en ayuntamientos como Bilbao, San Sebastián o Getxo. Somos la tercera fuerza parlamentaria.
P. ¿Estarían dispuestos a apoyar la alternativa de Patxi López?
R. Lo que hasta ahora ha hecho López es apoyar tres veces el presupuesto de Ibarretxe sin apenas modificarlo. Puede pensar que eso le potencia como alternativa, pero le desdibuja.
P. ¿Qué condiciones pediría a los socialistas para votarles?
R. Nosotros presentaremos nuestro programa y nuestra alternativa y pondremos el acento en la sintonía con las personas, pero las alianzas se verán después de las urnas. El primer contrato tiene que ser con los ciudadanos.
Leopoldo Barreda (Bilbao 1960)
Es abogado y un veterano representante del PP de Vizcaya, en el que empezó a militar hace casi 30 años, cuando estudiaba en la Universidad. En 1990, era el único parlamentario que los populares tenían en la Cámara de Vitoria y con su trabajo contribuyó al crecimiento del partido, hoy convertido en la tercera fuerza política vasca. Ha sido un defensor incondicional de Mariano Rajoy en el último congreso nacional del PP.
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