El triunfo de la segunda línea
La salida de Cesc activó a los volantes hasta firmar una goleada de impacto por bella y serena
A partir de la misma idea, que prioriza la posesión de la pelota y el juego de combinación y asociación, la selección española tiene dos maneras de resolver un partido: con los remates de sus delanteros o con el juego de los futbolistas de la segunda línea. Lesionado Villa y desafortunado Torres, los protagonistas fueron los centrocampistas: Xavi, Iniesta, Silva y especialmente Cesc, un futbolista de una influencia capital porque no permite la especulación y abona la revolución. El plan B funcionó mejor ayer que el A, y a falta del pichichi Villa decidió su sustituto Cesc. Técnicos y versátiles, los volantes firmaron unos goles tan bellos como serenos frente a la peligrosa Rusia, finalmente permeable y desbordada. Las semifinales se le dan bien a España, que ha ganado las tres que ha jugado.
- Casillas. Amenazado con el empate a cero, respondió cuando fue exigido, como en una palomita a disparo de Pavlyuchenko y ya con 0-3, en la última jugada rusa, cuando volvió a mostrar su agilidad con un disparo a bocajarro.
- Sergio Ramos. Mejoró y mucho las actuaciones anteriores. Tuvo una mayor participación en el juego, especialmente en ataque, y pese a la afrenta de Zhirkov acertó también en defensa. Tuvo determinación y fue el más atrevido de los zagueros españoles.
- Puyol. Agresivo, rápido y contundente cuando fue requerido. Pavlyuchenko arma la pierna muy rápido, tiene el gatillo muy fácil y obliga a prestarle una especial atención.
- Marchena. Lee muy bien el juego defensivo y gobierna la zona con autoridad: corta y da la pelota rápido. Regular y fiable, se distingue por su colocación y anticipación y sólo le pierde de vez en cuando su respuesta extemporánea en los balones divididos.
- Capdevila. Le costó salir de la zona intermedia del campo, donde resulta un jugador insustancial, expuesto a la velocidad del contrario. Rusia le atacó por su flanco hasta que llegó el 0-1 de Xavi.
- Iniesta. Más activado que en los encuentros anteriores, volvió a intercambiar la posición con Silva al inicio y participó del juego de manera más continuada y decisiva. Aunque aparentemente está más pálido, progresó muy bien durante el partido y acabó por poner la pelota de gol a Xavi. A gusto con Cesc, firmó un segundo tiempo muy bueno.
- Xavi. Procuró empujar al equipo hacia el campo ruso. Rodeado de contrarios, su juego posicional adquirió más trascendencia que su toque y pase interior. La salida de Cesc le liberó y permitió alcanzar más el área. Una llegada suya desde la segunda línea le dio el primer gol a España. Xavi siempre goleó con la selección cuando pudo asociarse con Iniesta y Cesc.
- Senna. No se dejó ganar la espalda por Arshavin. Muy serio en defensa, el mediocentro guardó el sitio y achicó de forma continuada ante el dinamismo de los volantes rusos.
- Silva. Aunque inicialmente perdió brillantez e influencia en el juego, cumplió con la responsabilidad de las distintas demarcaciones que ocupó a lo largo del partido. Agresivo, defendió bien a Zhirkov primero, taponó después la salida de los centrales para finalmente firmar un gol que le consagra como uno de los mejores centrocampistas del campeonato. Vital y certero.
- Villa. Apenas pudo acreditar su condición de máximo goleador del torneo. Aislado de los medios, trabajó más en la presión que en el remate y, cargado físicamente, se lesionó a la salida de un libre directo. Jugó demasiado paralelo con Torres. Luis dijo que es baja para la final del domingo contra Alemania por una lesión muscular en la pierna derecha.
- Fernando Torres. Tuvo unos buenos movimientos con Villa en el campo, sobre todo basculó hacia la banda derecha y provocó la salida de los dos centrales, siempre en jugadas de velocidad. Cuando se quedó como único delantero y referencia, por la lesión del asturiano, falló hasta tres remates francos consecutivos ante la portería rusa.
- Cesc. En cuanto sale al campo, el partido se rompe a favor de la selección española. El juego es más dinámico, rápido, vertical y profundo porque la segunda línea se activa de manera imparable para el rival de turno. La entrada de Cesc mejoró especialmente a Xavi, Iniesta y a Silva y, consecuentemente, el equipo pisó más el área y tuvo el gol que necesitaba para cerrar el encuentro. Cesc revolucionó a España hasta hacerle protagonista de un partido memorable. Güiza y Silva marcaron sus goles a pase de Cesc.
- Xabi Alonso. Entró por Xavi en el último tramo y le puso sentido común al partido cuando la situación invitaba a los dos equipos intercambiar golpes.
- Güiza. Sentenció el encuentro con un control perfecto, el segundo de la selección, y un buen remate imparable después de una asistencia genial de Cesc.
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