_
_
_
_

No sólo de cámaras vive el mercado; hay que contar con las copias en papel

Hace un año, el 75,4% de las cámaras vendidas tenían menos de siete megapíxeles; ahora ese segmento ha caído al 27,2%. Mientras, el 43% de las ventas se concentra en compactas con siete y ocho megapíxeles. También las cámaras con zoom híbrido, digital y óptico, gana adeptos, y optan por ellas el 93,3% de los consumidores, seis puntos más que hace un año.

La tecnología cambia velozmente, pero no así los hábitos humanos. Una prueba más es el cuarto estudio (2005-2008) de Hábitos y Usos de Propietarios de Cámaras Digitales de GfK. Tras cuatro años de encuestas, el consumidor sigue eligiendo una cámara en función, principalmente, de tres parámetros: el número de megapíxeles, la facilidad de uso y el tamaño de la cámara. Los fabricantes son también un reflejo de estas tendencias; el número de megapíxeles de los sensores no para de crecer, aumentando el término medio un millón de píxeles por año. Ahora estamos en 8 megapíxeles como media, pero ya empiezan a despuntar las de 9 y 10 que serán las más vendidas los dos próximos años. Cada vez son más fáciles de usar y más precisas. Y, por supuesto, más pequeñas.

Más información
Las cámaras réflex aguantan el tipo

Lo mismo ocurre en el campo de la visión de las fotografías tomadas. En estos cuatro años, no cambia la radiografía: la opción mayoritaria es verlas en el ordenador, seguida de guardarlas en soporte digital, imprimirlas en papel, verlas en televisión o usarlas en la Red. Este año sólo se ha incrementado notablemente el recurso de la televisión, a punto de rebasar la impresión.

Fotolibro

La impresión en papel resurge, incrementándose 19 puntos en dos años, gracias a la impresión en fotolibros y fotorregalos, que ya es el 6% de los métodos empleados para guardar las fotografías impresas. Además, los partidarios de esta fórmula son los más satisfechos con el resultado (89%), no en balde cada libro se lo han diseñado ellos mismos, probablemente sentados en un cómodo sillón frente a su ordenador. Su futuro es optimista, ya que el 73% de los consumidores aún no saben qué es el fotolibro.

Pero también se lo hacen ellos mismos en la impresora doméstica, y arrasan con el mayor grado de insatisfacción (11%), con otro 29% de ni fu ni fa. Y es que no es lo mismo tener que controlar todo el proceso de impresión -a veces difícil de configurar para un novato- que mandar los JPEG y que sea otro el que las imprima. Además, el papel fotográfico de impresoras de inyección es caro y si sale mal impresa hay que tirarlo y empezar de nuevo. Lo curioso es que no se pidan más copias a través de la Red, pues son más baratas que hacerlas en casa y no se diferencian de las clásicas fotografías que se encargaban a un laboratorio; además, no hace falta desplazarse, los hay que con entrega a domicilio.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_