Neustift despide a España

España recordará siempre la Eurocopa 2008 por haber roto el maleficio de los cuartos de final y, también, por el bello pueblo de Neustift, que se ha volcado en atenciones a los miembros de la embajada española, desde la selección a los casi cien periodistas que estos días han cubierto los entrenamientos en el valle de Stubai. Ayer, a la última sesión preparatoria que la selección española celebró en los campos de entrenamiento construidos expresamente para tal menester, acudieron casi mil niños, a los que la federación regaló pósters y postales con la imagen de los futbolistas.

Al término del trabajo, los jugadores se saltaron las estrictas normas de seguridad que han impedido acceder a ellos en las sesiones preparatorias y se acercaron a los chavales, a quienes dedicaron autógrafos. En el entrenamiento previo se había producido un encontronazo entre Arbeloa y Capdevila, que dejó dolorido al lateral izquierdo titular. El de Tárrega necesitó las atenciones de Miguel Gutiérrez, uno de los fisioterapeutas de la selección.

Muchos de los niños que acudieron a despedir a la selección vestían el uniforme oficial, de color rojo. Aunque mañana España jugará de amarillo. "A mí me da igual, la camiseta no me la pongo yo", ha dicho Luis Aragonés al respecto. Supersticioso como es, el seleccionador nunca viste prendas de ese color. La empresa deportiva que viste a España se empeña en llamar "dorado" al amarillo de la camiseta suplente del combinado español.

España se desplazará hoy a Viena, donde mañana jugará las semifinales contra Rusia. En la capital austriaca instalará su cuartel general hasta que termine su singladura en el torneo. Entonces, sea el sábado tras el partido por el tercer puesto o el domingo, al término de la final, los jugadores españoles volverán al Tirol a recoger las maletas y, desde el aeropuerto de Innsbruck, volarán de regreso a Madrid.