"Salir se convirtió en una aventura"
Alonso justifica el octavo puesto por las deficiencias del mapa electrónico
Para Renault, la carrera fue realmente decepcionante. Tanto Fernando Alonso como sus jefes habían soñado toda la noche con la posibilidad, que creían real esta vez, de alcanzar el podio. Todos habían hablado de las muchas esperanzas que habían puesto en la tercera posición que el español había logrado en la parrilla de salida y en las puertas que eso iba a abrirles un día después. Sin embargo, en la misma salida se quedaron todos en estado de shock cuando comprobaron que las ruedas del coche de Alonso patinaban sobre el asfalto y que no podía impedir que Jarno Trulli y Robert Kubica le superasen. Sólo la pericia le permitió a Alonso unas curvas después aprovechar el hueco que dejó Kubica al verse cerrado por Trulli para superar al polaco y situarse el cuarto.
Alonso en el Mundial de Fórmula 1 |
Sin embargo, la decepción se multiplicó en los minutos siguientes porque quedó muy claro que el R28 no era capaz ni siquiera de seguir al Toyota de Trulli. "Habíamos tenido problemas ya en la arrancada del pit-lane y luego en la vuelta de formación. No hubo manera de encontrar el mapa electrónico correcto para la salida. Salir se convirtió en una aventura. Cuando pasé a Kubica, creí que podía ir a por Trulli, pero ya vi que no y que la carrera sería muy complicada porque no podía ni seguirle".
¿Cómo se explicaba, entonces, que sólo un día antes estuviera a la misma altura que los BMW y los McLaren si en la carrera las prestaciones del R28 quedaban tan lejos incluso de las de los Toyota? "Muy fácil", reconoció Alonso; "íbamos con menos gasolina y hoy se ha demostrado". El podio se quedó sólo en un sueño. "Lograrlo era posible, pues dependía de nosotros mismos. Y hoy éramos demasiado lentos y, merecidamente, otros nos han superado. Nos faltaban bastantes décimas para tener el ritmo de BMW, Red Bull y Toyota. Y, tarde o temprano, debían acabar pasándonos". La constatación de este hecho obligó al equipo a modificar la estrategia y pasar de tres paradas a sólo dos. El segundo stint de Alonso fue larguísimo, pero sirvió de bien poco porque el ovetense estuvo siempre metido en el tráfico y porque, a duras penas, conseguía acercarse a Heidfeld, Kubica y Webber cuando los tuvo delante. "Soñábamos con el podio, pero, si has ganado nueve puntos en siete carreras, lo normal es luchar por arañar otro punto como ha ocurrido aquí", agregó Alonso.
Su R28 no le permitió impedir que Hamilton le adelantara en la 47ª vuelta ni verse superado por algunos de sus rivales actuales: Trulli, Kovalainen, Kubica y Webber. Pero el peor momento le llegó en la penúltima vuelta, cuando una maniobra equivocada de Sutil le obligó a perder su trazada y su compañero de equipo, Nelsinho Piquet, pudo adelantarle y acabar por delante de él, en la séptima posición, por primera vez en la temporada.
"Ha aprovechado su ocasión", dijo Alonso. "Fue algo muy especial. No fue lo mismo que pasar a cualquier otro piloto", cerró Piquet.
El futuro, en Silverstone, se vislumbra bastante borrascoso.
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