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Reportaje:

Holanda también sufre

La ralentización mundial y la inflación frenan la actividad económica tras un excelente año 2007

FERNANDO CANO

La economía holandesa no es ajena a la crisis económica global. El país podría crecer este año casi un punto y medio por debajo de los datos registrados el curso pasado, con temores de una importante alza en la inflación y de ralentización del consumo interno. El país está mejor preparado que sus socios de la Unión Europea para las embestidas internacionales, debido a su estabilidad presupuestaria y su estructura económica flexible. Sin embargo, las autoridades no se duermen y ya piensan en nuevas reformas que les permitan afrontar el temporal.

El país tiene una legislación laboral sumamente flexible

La última previsión de la oficina de estudios CPB (Central Planning Bureau) indica que la economía holandesa crecerá un 2,25% este año y que el próximo curso el PIB se elevará sólo un 1,25%. Este mismo organismo había pronosticado previamente un alza del 1,75% para el próximo curso. Este informe indica que la crisis crediticia internacional será más larga que lo previsto y afectará al consumo privado y a la inversión. La previsión es que el gasto de las familias crezca un 2,1% este año, pero se ralentice hasta el 1,2% en 2009.

En un reciente informe, el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que el crecimiento sea de 2,1% este año y de 1,6% el próximo, cercano a la media europea y siempre dependiendo del avance de la crisis internacional y del mercado estadounidense. Con todo, los datos oficiales de Eurostat reflejan que este trimestre Holanda creció un 3,1% en términos interanuales frente al 2,5% de la Unión Europea de los 27. En la comparación trimestral, el crecimiento del PIB fue del 0,2% frente al 0,8% de sus socios europeos. Holanda creció un 3,5% en 2007.

Este crecimiento también se está viendo afectado por los precios. La elevada cotización del petróleo ha impulsado al alza las previsiones de inflación, desde el 2,5% de comienzos de año hasta el 2,75%. Un dato que sitúa los precios en sus niveles más altos de esta década. Históricamente, la inflación de Holanda ha estado muy por debajo de la media europea, gracias a su disciplina fiscal y a sus cuentas ordenadas. El país ha logrado durante los últimos cuatro años superávit en sus cuentas públicas, en los últimos dos cursos cercanos al 0,5% del PIB.

En cualquier caso, la estructura económica holandesa le permite enfrentar en mejor forma la crisis internacional. Holanda mantiene una legislación laboral sumamente flexible que le permite regular sus estructuras empresariales dependiendo de la coyuntura económica. Esto significa que los empresarios pueden contratar empleados con flexibilidad, sin el lastre de los procesos de despido. El porcentaje de nuevos empleados ha crecido un 2% en Holanda, mientras que en el resto de Europa lo hace al 1,8%. La tasa de desempleo del país es de 2,8%, la segunda más baja del continente después de Dinamarca. La media de Europa es del 7,1%.

Paradójicamente, estas últimas cifras reflejan que en Holanda sobra empleo, ya que las cifras oficiales indican que existen en el país unas 236.000 vacantes, es decir, tres por cada cien puestos de trabajo. Estos datos han puesto a trabajar a los legisladores para afrontar un problema creciente que exige nuevas reformas y que pondría en juego la productividad de un país que se ha caracterizado por optimizar sus recursos al máximo. El objetivo es que los trabajadores retrasen su edad de jubilación, y para ello los analistas creen que se necesitan incentivos fiscales y que los empresarios creen condiciones más atractivas para que las plantillas se mantengan más tiempo en sus puestos de trabajo. -

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