El PP pasa del pádel
Después del aznarismo, vender raquetas en el PP es una ruina
Por 60 euros se puede comprar una raqueta de pádel, toda de azul Europa, con su funda plagada de gaviotas. Pero el Partido Popular está en otra cosa. Está más centrado en el bolígrafo, en los llaveros, en las corbatas, que son los objetos más vendidos en la tienda del partido situada en medio del XVI Congreso Nacional que se celebra en Valencia. Elementos de trabajo, de oficina. No se han vendido ni 10 raquetas en dos días. José María Aznar no tiene lista de espera para jugar con él aquí en Valencia.
Quizá tenga apuntados a Esperanza Aguirre, Alejo Vidal-Quadras y Carlos Aragonés, los tres dirigentes que primero se levantaron a aplaudir apasionadamente cuando el ex presidente Aznar bramaba contra el revisionismo popular. La gente también aplaudió a rabiar. Pero al terminar el discurso no había euforia. Había corrillos, rumores, cuchicheos, caras de circunstancias mientras respondían "bien, bien, ha estado bien" todos a quienes se preguntaba. Resignación. En televisión parecía que el salón de plenos ardía con las bombas de José María Aznar. Pero detrás de Ángel Acebes podía verse a Pedro Sanz, presidente de la Comunidad Autónoma de La Rioja, leyendo distraído un periódico durante el discurso.
"En este partido ya tiene raqueta todo el mundo", dicen en la tienda del congreso
Quede claro que el fracaso de las raquetas de pádel tiene una explicación comercial. "Es que en este partido ya tiene raqueta todo el mundo", aclaran en el mostrador de la tienda del congreso. Como Aznar, a quien ya lo tiene todo el mundo muy oído, pero que tiene que estar ahí, por si a alguien le falta. ¿Se hace buena caja? "Hombre, ¿cuánto es hacer caja? Se pueden sacar unos 5.000 euros".
Al lado se vende café. Por la voluntad, pero si puede ser, a partir de cinco euros de voluntad. Es café de Colombia, traído por la Fundación Humanismo y Democracia, la ONG patrocinada por el partido (entre otros) y que recibe el 0,7% de las cuotas de los militantes. El dinero es para "proyectos de ayuda al desarrollo en Colombia y Perú", explica la venezolana María José Pérez.
Baja el pádel, pero sube el vallenato, según cuenta Carmiña Diago, militante colombiana con una tarjeta de presentación musical: "Nosotros somos los que encargamos el vallenato de Rajoy para la campaña electoral".
Hay que reconocer que en los mítines de la pasada campaña la canción tenía su éxito, para el que le guste bailar en los mítines. La noticia es que ha sido nombrada "la mejor canción de márketig político del mundo, según la BBC". Aprende, raqueta de pádel con gaviotas. "Fue iniciativa mía", dice Diago llena de orgullo.
Cualquiera puede ver que éste es un congreso relajado, pero no será por lo que se fuma en el Partido Popular. En todas partes. "Aquí está prohibido fumar, pero en este congreso se ha puesto a fumar todo el mundo y tenemos que hacer la vista gorda", reconocen en las oficinas de la Feria de Muestras. "Pregunte a los organizadores". En la oficina de la organización, una mujer pone cara de ir a llamar a la policía cuando se le hace la pregunta. Después, mira al vacío y dice: "No sé. Yo estoy aquí y no he visto a nadie fumando".
En las paredes de la Feria de Valencia, cada 20 metros aproximadamente, están los carteles que recuerdan que está prohibido fumar. En castellano, en valenciano y en la lengua común, el inglés. El cartel no dice nada de la normativa autonómica, sino que hace referencia a la ley del PSOE, la 28/2005 de 26 de diciembre. Será por eso.
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