La plantilla de Altadis en Cádiz prevé el cierre de la planta

La planta de Altadis en Cádiz verá reducida su plantilla en casi un 80% su plantilla. Sus 301 empleados se quedarán en 65, una cifra muy lejana a los 1.200 trabajadores que llegó a tener la factoría en su mejor momento. La adquisición de Altadis por parte de la multinacional Imperial Tobacco han llevado a una reestructuración de la empresa que en Cádiz supondrá el cierre de dos de sus líneas de producción (la planta de preparación de ligas y la de reconstituido), y el mantenimiento de la planta de tabaco expandido con un mínimo de personal.

La plantilla recibió ayer la noticia en una asamblea. Dicen que ya lo esperaban. "Nos habíamos puesto en lo peor. La OPA de Imperial Tobacco ha sido un parto doloroso", lamenta Manuel Pérez, miembro del comité de empresa. Desde enero, cuando la compañía llevó a cabo la operación de compra, los trabajadores temían la posible repercusión de sus proyectos en la factoría gaditana. Habían llegado a especular con un posible cierre de la planta. Para algunos, la marcha de 236 empleados es, de hecho, un paso previo a la suspensión total de la actividad. "Es sólo un paso más en la agonía que estamos sufriendo en Cádiz, donde ya llevamos cinco expedientes de regulación de empleo, y nos tememos que el fin de esta agonía sea la desaparición de la fábrica", sostiene Pérez.

Alternativas

La fábrica riojana es una de las opciones que la empresa ha ofrecido a los trabajadores de Cádiz. "Alrededor del 70% podrán acogerse a bajas indemnizadas que enlacen luego con la jubilación. El resto podrá trasladarse a otros centros de la compañía como Logroño o Cantabria, con ayudas al traslado, y otros tendrán bajas incentivadas. Complementariamente, la empresa activará la búsqueda de puestos de trabajo dentro de la provincia", apuntó ayer Miguel Ángel Martín, director de comunicación de Altadis España.

La Junta de Andalucía ha censurado la postura de Imperial Tobacco. "No creemos que exista justificación para un recorte de estas características, ni por las cuentas de la empresa ni por su actividad", manifestó en Cádiz el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo. El consejero criticó que la primera decisión tomada por la multinacional haya sido disminuir drásticamente la plantilla: "No es de recibo comprar la empresa y al día siguiente tratar de despedir a los trabajadores".

El comité de empresa de la factoría de Cádiz anuncia que "luchará" para que los efectos sean mínimos. La empresa pretende que los planes se ejecuten en un año, pero Manuel Pérez pretende "que el proceso sea largo" para posponer lo máximo posible la marcha de los trabajadores.