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La corrupción de Estepona salpica a los corazonistas

Un empresario detenido en la trama es presidente de la constructora que hizo las obras sin licencia del colegio que se hundió en Navidad

La trama de corrupción destapada el martes en Estepona en la Operación Astapa salpica a la ciudad de Madrid. Al menos en las ramificaciones de las empresas que tiene uno de los detenidos. Luis Fernando Linares Torres, consejero delegado del grupo Meyluna y Valle Romano, acusado de tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales y en libertad bajo fianza de 500.000 euros, es también presidente de la constructora Aedificat. Dicha empresa es la que desde 1999 realiza todas las obras del Sagrado Corazón, que se derrumbó el pasado 25 de diciembre, precisamente, por una posible negligencia del arquitecto de Aedificat.

Fernando Linares está acusado de blanqueo, tráfico de influencias y cohecho
Aedificat sigue trabajando para el Sagrado Corazón pese a lo ocurrido

Su penúltimo trabajo en el centro educativo, la construcción de una cancha de baloncesto en la azotea del edificio, no tenía licencia municipal. Los informes técnicos que el propio Ayuntamiento realizó, y que ocultó en primera instancia, demostraron que la obra ilegal había contribuido al derrumbe. Ese día no había clase. De haber ocurrido antes, les habría costado la vida a decenas de niños. Además, la parte del edificio que no se derrumbó también se vio afectada y los alumnos se han visto obligados a realizar el curso en un centro prestado.

Los informes técnicos señalaron al arquitecto de Aedificat, Jacobo Palacios, como corresponsable del derrumbe y un juez le imputó por ello. Además, el Ayuntamiento multó al colegio con 100.000 euros y señaló en un informe que se había "jugado con la vida de los alumnos y de sus familias". Todo por unas obras sin licencia que duraron meses y que se hacían en las mismas narices del Ayuntamiento: a 10 metros del edificio de la Gerencia de Urbanismo.

Igual que lo que la misma empresa realizó en 1999 para modificar una de las entreplantas. Pese a que se tocó la estructura del edificio, el permiso municipal llegó dos años después. Pero aun así, el Sagrado Corazón decidió mantener el contrato con Aedificat para que siguiera construyendo un polideportivo y un aparcamiento en el centro, también sin licencia. Por si la relación era poca, tras el derrumbe decidió encargarle también las obras de reconstrucción del edificio destruido.

Pese a todo lo ocurrido, sumado a la investigación abierta por el Defensor del Menor para analizar el caso, el Ayuntamiento autorizó el pasado 1 de abril que Aedificat continuase con las obras del patio (donde se va a hacer el polideportivo y el aparcamiento) que no contaban en su día con la licencia oportuna y que el propio Consistorio había paralizado por ese motivo.

El sacerdote Guillermo Maylín, responsable del centro religioso, declinó ayer contestar a las preguntas de este periódico. Justamente, ayer el centro tuvo una reunión con los padres de los alumnos para dar cuenta del estado de las obras. Según relató un asistente, el colegio quiere empezar el siguiente curso en el viejo edificio del colegio, pero todavía no cuentan con los permisos. Igual sucede con las obras del polideportivo: el colegio todavía necesita una licencia que tampoco tiene.

Pero esas obras podrían quedar en suspenso si la investigación de la Operación Astapa afectase a las cuentas de Aedificat.

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