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Condenado un policía nacional de Coslada por agredir a un menor

La policía de Coslada vuelve a ser noticia. Pero esta vez no es el grupo de policías municipales dirigido por el imputado Ginés Jiménez el que protagoniza el suceso. Ahora las denuncias y condena por abusos van contra el Cuerpo Nacional de Policía del municipio.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Coslada ha condenado a un agente del Cuerpo Nacional de Policía a una indemnización de 900 euros y una multa de dos meses a razón de cinco euros al día, por una falta de lesiones durante la detención de un menor en el municipio.

Así se desprende de la sentencia en la que la juez titular, María de las Nieves Gómez Martínez, considera culpable al agente J. C. M. de propinar una patada en los testículos a un joven de 16 años durante un forcejeo que mantuvo con él para ponerle las esposas en el momento de la detención.

Un segundo agente, J. M. G., que en su día fue acusado de vejaciones y humillaciones al adolescente cuando éste se encontraba en los calabozos de la comisaría, ha sido ahora absuelto por la juez por falta de testigos que puedan certificar que lo ocurrido se corresponde con el relato del menor. Y eso, obviamente, no ha gustado nada a los demandantes.

La acusación particular, ejercida por el padre del joven, José María Maestro, aseguró que piensa recurrir la sentencia, porque considera que "no es justa" debido a la absolución de este segundo agente.

Además, Maestro solicitó el pasado viernes ante los juzgados de Coslada una orden de protección y alejamiento contra los agentes denunciados por temor a posibles represalias ante el proceso judicial, tras recibir varias llamadas telefónicas anónimas amenazándole de muerte.

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Patadas y golpes

Los hechos tuvieron lugar el 13 de mayo de 2005, cuando el adolescente fue detenido en Coslada por negarse a entregar a los agentes una cizalla, tras lo que fue esposado y trasladado a los calabozos de la comisaría de la localidad.

En su declaración, el joven aseguró que cuando estuvo retenido le dieron patadas y golpes en la nuca, obligándole a bajarse los pantalones y hacer flexiones para comprobar si llevaba algún tipo de sustancia estupefaciente escondida en el recto.

"Creo que no se ha hecho justicia por lo que le pasó a mi hijo porque, después de atentar contra su dignidad, ahora uno de los policías se va de rositas", criticó Maestro, padre y defensor del menor.

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