La angustia de Güiza
El delantero, que jugará hoy ante los griegos, ve como una injusticia su larga suplencia tras haber sido el ?pichichi? de la Liga
Las montañas de Stubai se levantan sobre el campo de entrenamiento, testigos de piedra de Luis Aragonés, el seleccionador, que dirige una práctica de jugadas de ataque metido entre sus futbolistas. Sólo se oye su voz, las maldiciones de los jugadores y el rumor del arroyo que baja del glaciar. El nombre que más pronuncia el seleccionador es ?Güiza?. El técnico va orientando al pichichi de la Liga, que corre por el área en plena agitación como un toro picado. ?¡Güiza, ya cayó!?, grita Luis; ?¡Güiza, usted va al segundo!?, ?¡atento, Güiza!? o ?¡Güiza, tiene que ser gol ahí!?.
Pero... nada. Güiza lo intenta y la pelota no entra. Primero, conecta un centro y manda el balón al palo. Luego, le pega con el tobillo. Al tercer remate, para Palop, que se ríe de su ansiedad. ?¡La madre que la parió!?. Güiza maldice a la madre del balón. Cuando recibe la pelota de nuevo, le pega con tanta fuerza, tan desesperado, que el tiro se va a la cabeza de Palop. El portero del Sevilla despeja hacia arriba y sigue riéndose. Cede su sitio a Reina. El guardameta del Liverpool entra cuando el estado febril del goleador alcanza cotas insoportables. A los porteros les produce una extraña satisfacción observar a los delanteros cuando atraviesan una crisis de ansiedad. Reina también disfruta de la situación.
Xavi, Iniesta y Silva son palabras mayores. Son los que ponen más pases de gol
El jerezano, de 28 años, está a punto de marcharse al Fenerbahçe
No creo que esté ansioso con el gol. He hablado con él. Son rachas, dice Luis
Güiza, con la Selección |
Todo puede empeorar. Iniesta sube hasta el fondo, mete el centro y la pelota, que va para Güiza, pasa un centímetro por encima de su cabeza. Sin esfuerzo, De la Red le pone la frente y es gol. Güiza no se lo puede creer. Así que lanza de nuevo imprecaciones.
Güiza es el pichichi de la Liga porque metió 27 goles en el último campeonato. Sin penaltis. La eficacia le ha valido la primera Bota de Plata europea que conquista un español ?sólo fue superado por Cristiano Ronaldo?. Sin embargo, en estos días, ha vivido concentrado con la selección mirando desde el banquillo cómo Villa y Fernando Torres se reparten la gloria. Le embarga un sentimiento de discriminación. Cree que se merece más. El partido contra Grecia le permitirá gozar de una oportunidad. Una ocasión de debutar en el torneo y un motivo para vivir intensamente cada entrenamiento. Quizá demasiado.
?No creo que esté ansioso?, le cubrió ayer Luis. ?En cualquier caso, los goleadores no tienen por qué ponerse ansiosos?, continuó el técnico su planteamiento; ?yo he hablado con él de este tema. Le digo que los goles van por rachas?.
El destino de Luis y el de Güiza pueden estar unidos más allá de la Eurocopa de Austria y Suiza. El goleador está negociando en estos días su traspaso al Fenerbahçe. El club turco también se muestra interesado en contratar al seleccionador español para la próxima temporada. Pero, de momento, el que está a punto de marcharse a Estambul es el delantero jerezano, que, a sus 28 años, empezará una nueva aventura en el extranjero.
?A mí me da igual cómo hago los goles?, admite el ariete; ?mientras que la pelota entre, me gustan todas las maneras. Pero la vaselina que le hice al Murcia es el gol que más me ha gustado?.
Güiza, que se ha dejado barba desde hace unos meses, habla con modestia cuando le preguntan por la clave de su producción. ?¿Qué tengo para hacer tantos goles??, se pregunta. ?Unos pasadores detrás. Eso es lo más importante. En el Mallorca tuve a Borja, a Caño y a Arango, que son unos pasadores impresionantes?, responde. ?Aquí, en la selección, están Xavi, Iniesta y Silva. Son palabras mayores. Los tres pequeñitos son precisamente los que te suelen poner más pases de gol. De la Red y Alonso son más mediocentros?, cierra.
Contra la selección griega, el andaluz tendrá que arreglárselas con Iniesta. No es poco. Precisamente, el volante del Barcelona fue el hombre que inició la jugada de su primer gol en el último entrenamiento que hizo la selección antes de viajar a Salzburgo. Iniesta llegó al fondo y centró. Cesc remató a bocajarro y Reina paró el disparo con el bajo vientre. El portero cayó paralizado dando un grito de dolor: ?¡Aghhh!?. El balón quedó suelto. Por fin, a los pies de Güiza, que lo metió como quien interrumpe una agonía: ?¡Gol!?.
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