"No sabes cómo pararles"

El Emperador, como se conoce a Fatih Terim por su veneración a Napoleón, compareció en la sala de prensa del estadio de Ginebra, y nada más sentarse exclamó: "¡Pido a la gente que salga a la calle, que festeje la victoria, que aproveche el momento. Esta Eurocopa se va a acordar de nosotros toda la vida!". Decenas de miles de turcos ya celebraban por entonces la clasificación para los cuartos de final tras la gran remontada ante la República Checa (3-2).

"Había una agitación especial entre los turcos congregados ante la televisión", relata el dueño de un bar de Zúrich, "de manera que en cuanto marcaron el primer gol llamé a la policía; desgraciadamente, llegó más tarde que el remonte de Turquía y perdí un par de pantallas". El gol de Arda Turan resultó decisivo para la suerte del partido porque a los checos les dio un ataque de pánico mientras los turcos redoblaron su fe en una victoria alcanzada en los últimos minutos. Nadie es capaz de detener a la enfebrecida Turquía. La prensa del país ya recuerda incluso cuando en pleno apogeo del Imperio Otomano estuvieron a punto de tomar Viena. "Epopeya", titulan unos. "¡Dios mío, finalmente, estamos en Viena!", contaban otros. "Dos partidos más y el príncipe Nihat nos puede llevar a la final", coincidía la mayoría.

"Nos encontramos rodeados. Imposible defendernos", dijo el técnico checo

"Nuestro juego se basa en la esperanza", explica el goleador Nihat

"Ya advertí que los turcos son un adversario peligroso porque su juego es indescifrable", recordaba el seleccionador checo, Karel Brückner. "No sabes cómo pararles", insistió. "Parecía que el partido discurría por donde queríamos, ganábamos por 0-2, y de pronto nos encontramos rodeados de turcos, incapaces de tenernos en pie. Imposible defendernos. Te conviertes en un equipo irreconocible. El partido se convierte en una danza turca".

Aparentemente, Turquía es una selección desorganizada, por no decir anárquica, falta de una estructura defensiva estable, y tampoco cuenta con un delantero centro desde que Terim prescindió de Hakan Sukur. Nadie apuesta por un equipo vulnerable en su área y supuestamente estéril, por más pelotero que sea y ponga un centro tras otro. "Pero si marcan un gol, sabes que pueden caer todos los que les hagan falta", dicen los jugadores checos.

Así ocurrió contra la República Checa y frente a Suiza. El primer gol de Turquía fue el anuncio de su triunfo. Funcionan los turcos como un enjambre de abejas. A su pasión y capacidad de supervivencia, añaden un fútbol empalagoso, a veces hasta violento, imposible de combatir desde la racionalidad futbolística. Los arrebatos se suceden hasta que el rival se vence, por mejores que sean sus zagueros y más internacional sea el portero, como era el caso de Cech.

Al remonte contribuyeron tanto los cambios de Terim, sobre todo la entrada de Sabri, y el despliegue de Tuncay, como el intervencionismo de tres jugadores muy buenos: Arda Turan, Hamit Altintop y Nihat. Arda, volante zurdo del Galatasaray, tiene 21 años y le llaman el Maradona del Bósforo porque conduce bien el balón, tiene regate y golea. Altintop, medio derecho del Bayern Múnich, participó en los tres goles. Y Nihat sentenció con dos tantos (minutos 87 y 89).

"Lo tuve muy fácil porque en el 2-2 sólo tuve que aprovechar el error del portero y en el 3-2 recibí un pase tan bueno de Hamit que tuve tiempo de mirar y colocar el remate", asiente el capitán Nihat, delantero del Villarreal. "Estamos modernizándonos como selección y, mientras, necesitamos recurrir a otros valores. Nuestro juego se basa en la esperanza", explica Nihat.

El 3-2 fue tan definitivo que ni siquiera importó que Tuncay tuviera que ponerse de portero en los dos últimos minutos por la expulsión del meta Demirel tras agredir a Koller. "No hubo manera de revertir la situación", confesaban los periodistas checos mientras el gigante Cech, portero del Chelsea, sentenciaba: "El partido ha sido el resumen de mi desdichada temporada. He perdido la Champions en los penaltis, la Liga en la última jornada y los cuartos de la Eurocopa en dos minutos".

Cech continuará como portero de una República Checa que inicia una renovación profunda tras la salida de su seleccionador, Karel Brückner, y de una generación capitaneada por su ariete Jan Koller. "Necesitaré muchos días para digerir la derrota", dijo Brückner.