Más de 6.570 días esperando
El Supremo indemniza un grave error médico tras 18 años de pleitos
Los últimos 18 años -sí, algo más de 6.570 días- han sido angustiosos para el matrimonio formado por Juan B. D. y Felisa L. N. Los pleitos para que la justicia les reconozca "la mala praxis médica" causante del estado casi vegetativo en que se halla su hijo han parecido una eternidad. Primero les tocó vivir el dolor de saber que el parto había ido muy mal; después, años y años de sinsabores con la justicia. Ahora, cuando aquel recién nacido es ya mayor de edad (nació el 14 de abril de 1990) el Tribunal Supremo les ha dado la razón y ha condenado al antiguo Insalud a indemnizar a esta familia con 601.000 euros.
"La tardanza de la justicia es una sinvergonzonería", explota Juan. Un sinvivir de pleitos y recursos. Años de impotencia y rabia: nadie quería reconocer que la irreversible enfermedad del bebé (hoy ya un hombre) se debió a un sufrimiento fetal durante el parto que los médicos del hospital Doce de Octubre (Madrid) pudieron y debieron evitar. Expirado el periodo de gestación, el feto estuvo sufriendo más de una semana en el útero materno.
Los jueces han tasado la "palmaria" negligencia clínica en 601.000 euros
Un fallo en el parto dejó al bebé en estado vegetativo. Ni habla ni se mueve
Los parámetros médicos indicaban que debió practicarse de inmediato una cesárea. Cuando los médicos la hicieron era demasiado tarde. El bebé sufrió terribles secuelas. Ahora tiene 18 años y no habla ni anda. Y necesita a alguien pegado a él las 24 horas del día, para comer, para hacer sus necesidades... para todo.
Su madre, Felisa, ha suplido desde entonces su minusvalía, que es absoluta. Recuerda que fue a dar a luz al Doce de Octubre porque le dijeron que era el mejor. "Era una época en que había poca natalidad, y se podía elegir hospital", comenta, aunque ruega al periodista: "Por favor, no queremos que nos identifique; somos dueños de nuestro dolor". Juan y Felisa, que se acercan a los 50 años, llevan 18 años pegados a su hijo. "Con sólo mirarle, se me quitaban las penas", cuenta Felisa. Pero lo peor, "lo más agobiante", ha sido tener que esperar años y más años para que la justicia hiciera justicia, señala Juan.
En estos 6.570 días (18 años), han desfilado por casi todas las sedes judiciales de Madrid. La peor pesadilla, luchar contra la maquina judicial del tiempo. Todas las sentencias que salían eran bofetones, mezclados con el drama que esperaba en casa. Cada vez que la abogada les llamaba era un mazazo, otra resolución negativa.
Primero denunciaron ante los juzgados de instrucción de Plaza de Castilla. Luego, ante lo civil. Finalmente, les dijeron que no había delito, pero que demandasen al antiguo Insalud por responsabilidad patrimonial del Estado. Y lo hicieron, pero el Insalud se negó a indemnizar el error cometido en su hospital.
Entonces acudieron a la vía judicial contenciosa. En 2002, el Tribunal Superior de Madrid dio la razón al Insalud -"no había error"-. Fue cuando apelaron al Tribunal Supremo. Tras cinco años de espera, llegó la luz a tanta lucha. El asunto cayó en manos de la magistrada Margarita Robles, que les ha dado la razón: sí hubo un error médico y debe abonarse a la familia una indemnización de 601.000 euros.
Más que el dinero, que les hace falta porque su hijo requiere y requerirá constante atención, a la familia le queda el reconocimiento, tras tantos años, de que hubo "una palmaria mala praxis en el control del parto".
La familia acaba de percibir los 601.000 euros. Pero a esa cantidad hay que sumarle los intereses legales y la inflación de estos años. Juan y Felisa se enfrentan ahora a un nuevo expediente con la Administración sobre el importe de esos intereses. "Veremos cuánto nos toca esperar ahora", dicen los padres.
"Todo ha sido muy doloroso"
Lo que menos importa a Juan y Felisa es la indemnización que ha fijado el Supremo por la mala praxis médica que dejó a su hijo en estado casi vegetativo. "No somos nuevos ricos. Ha sido todo tan doloroso, que la indemnización no es para tirar cohetes. Mi hijo tiene 18 años, daños irreversibles y un 100% de minusvalía. Y requerirá atención especial de por vida", cuentan los padres.
Con posterioridad a aquel parto, el matrimonio, ya en plena batalla judicial, tuvo una hija, que se halla muy bien. "Esto de la justicia ha sido desesperante". Con el paso del tiempo, Felisa ha asumido la situación. "Aunque evito comparar, en la calle, a veces, miro a otros niños de la edad del mío, y dejo volar la imaginación... Pienso cómo sería el mío si no hubiese pasado aquello". Pero cualquier gesto del niño "compensa" todas las amarguras de sus padres.
Felisa ha llorado mucho en silencio porque se negara la evidencia "de la mala praxis médica". "Hay mucho corporativismo en el mundillo médico", señala. Las resoluciones judiciales desfavorables se basaban en informe hechos por médicos sobre médicos.
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