"Sacar los proyectos ha sido un milagro"

Tal día como hoy, hace un año, Ángeles Muñoz (Córdoba, 1960) tomaba el bastón de mando del Ayuntamiento de Marbella. Con ella al frente, el PP asumía la gestión del único consistorio disuelto en España tras una operación contra la corrupción urbanística, con una deuda heredada del Grupo Independiente Liberal (GIL) de 500 millones, una plantilla municipal desorbitada, y 18.000 viviendas ilegales. Lo primero que hizo Muñoz como regidora fue pedir un acuerdo de cooperación institucional entre la Junta de Andalucía y el Gobierno, ambos del PSOE, para sacar adelante la ciudad.

Pregunta. ¿Qué se les ha hecho más difícil?

Respuesta. Sacar adelante nuestros proyectos sin tener financiación detrás. Lo que está ocurriendo ahora en Marbella es un auténtico milagro. Que con una deuda municipal de 500 millones, que ha llevado a que incluso la Liga de Fútbol Profesional se haya adjudicado el cementerio, se hagan obras como una residencia de mayores y dos guarderías, o que hayamos sacado suelo para hacer viviendas de protección pública, es un milagro.

"Pedí una reunión a Solbes para que sepa que nos han discriminado"

"Pronto tendremos asegurado el cobro de las nóminas de tres años"

"Hay argumentos de sobra para el despido objetivo de Juan Antonio Roca"

"Nadie esperaba que un año después trabajáramos con la Junta"

P. ¿Cómo se hace para decidir de dónde se recorta en una ciudad tan endeudada?

R. Nuestro primer objetivo el año pasado, fue mejorar la gestión y reducir el gasto corriente. En el Ayuntamiento lo bajamos un 17% y en las delegaciones un 10%, lo que es muchísimo en una administración. Todo se destinó a inversión. Este año hemos exigido a las administraciones que cumplan sus compromisos con Marbella. Este mes vamos a firmar un acuerdo con el Patronato de Recaudación que nos asegura el cobro de las nóminas hasta el final de la legislatura [el 70% del presupuesto municipal se va en pagar los salarios de su enorme plantilla] y nos permitirá despejar la incertidumbre económica que algunos puedan tener.

P. ¿Qué otras vías han utilizado para rascar fondos?

R. La revisión del Impuesto de Bienes Inmuebles va a suponer un ingreso muy importante y también hemos puesto en orden todas las cuentas municipales. Nos ahorramos hasta un 30% en las obras, porque las empresas que nos trabajan saben que van a cobrar. Cuando tengamos aprobado el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) tendremos también un respiro económico importante.

P. ¿Han hallado ya la fórmula para que los propietarios de las 18.000 viviendas ilegales no tengan que pagar compensaciones como prometieron?

R. Creo que sí. Se ha encontrado un punto de equilibrio, donde a aquellos promotores que no tengan terminadas las promociones se les hará un ajuste en lo que tienen que pagar. También estamos valorando lo que ya pagaron en su día.

P. ¿Va a haber alguna sorpresa con el Plan Urbanístico?

R. No. Creo que la sorpresa será que haya un compromiso por parte de todos para sacarlo adelante cuanto antes y con sentido común. Esto es lo que hace un año nadie se esperaba, con los desencuentros permanentes con la Junta y tras la retirada de competencias urbanísticas [a la última corporación del GIL]. No mucha gente podía suponer que un año después estuviéramos trabajando juntos.

P. ¿Ha sido fácil ponerse de acuerdo?

R. Hemos hecho un esfuerzo por nuestra parte. Aprobar el Plan Urbanístico [elaborado por la Junta] ha sido una de las decisiones políticas de más calado que hemos tomado en este primer año. Hemos hecho un ejercicio de responsabilidad al no tirar por alto lo que había hecho otra administración. Esta decisión ha marcado el cambio claro de las relaciones entre la Junta y el Ayuntamiento, y va a dar sus frutos. El Plan contempla muchas zonas para desarrollo y equipamiento, zonas verdes, y la normalización de todas esas viviendas construidas desde 1986.

P. ¿Cómo están las relaciones con las administraciones?

R. Con la Junta de Andalucía hay una percepción de colaboración, pero el Gobierno central no le ha regalado nada a esta ciudad. Dijeron que Marbella era una cuestión de Estado pero no se ha materializado.

P. ¿Se refiere al pulso que mantuvo con Hacienda y la Seguridad Social para aplazar la deuda?

R. La verdad es que hubiera sido un buen momento para establecer medidas excepcionales. Desde el principio nos dijeron que no había más aplazamientos. Tuvieron que asumir el plan de viabilidad que propusimos porque tenía argumentos sólidos, pero no hicieron ninguna actuación de excepcionalidad, ni de beneficio. Tampoco hubo una partida presupuestaria alguna del Gobierno para compensar la falta de inversiones de los últimos años. Se ha visto en el Plan Urban [fondos europeos] que recientemente han denegado a la ciudad.

P. ¿Le ha descuadrado mucho no recibir esos 10 millones para rehabilitación urbanística con los que ya contaba?

R. Absolutamente. Con criterios objetivos era inasumible que una ciudad como la nuestra, que nunca ha tenido un plan Urban, haya quedado fuera. Si lo que pretenden en Madrid cuando hay fondos para revitalizar zonas deprimidas es seguir en el tópico de que Marbella no es una zona que necesite una inyección económica, la verdad es que no conocen su realidad o no han tenido en cuenta de donde venimos. Es verdad que la ciudad tiene un nivel de inversión privada muy importante, pero estamos hablando de administraciones públicas. Aquí no se ha invertido en los últimos años ni un euro, y era un buen momento para que el Ministerio de Economía tuviera mayor receptividad. He pedido una reunión al ministro Solbes para que sepa la discriminación que se ha tenido.

P. ¿Qué significó conseguir que Juan Antonio Roca volviera a prisión por el caso Saqueo?

R. Fue el Partido Popular quien lo solicitó, porque el Ayuntamiento no estaba personado en esta causa. Fue un hito, para nosotros ha sido una de las circunstancias más importantes dentro del ámbito judicial. Desde luego, el objetivo del Ayuntamiento no era verle en prisión porque sí, sino eliminar el riesgo de fuga y garantizar que los bienes usurpados vuelvan a la ciudad.

P. ¿Llegaron a temer que Roca regresara al Ayuntamiento como asesor urbanístico?

R. No. Fue una salida por parte de Roca retando a las propias administraciones. Era algo inviable. Teníamos claro que no iba a recuperar su puesto de trabajo porque argumentos hay de sobra, con base y fundamento, para que existiera un absoluto despido objetivo.

P. ¿Qué le pareció que la ciudad saliera a la calle para protestar contra su puesta en libertad?

R. Creo que está absolutamente justificado. Marbella ha pasado por situaciones muy difíciles y ahora que se conoce lo que había detrás todavía más.

P. ¿Cómo sintió que, nada más llegar al Ayuntamiento, les denunciaran por prevaricación administrativa por no revistar las licencias urbanísticas, algo que se ha archivado?

R. Tenemos asumido quenos van a mirar con lupa desde el primer momento. Lo que desgraciadamente vive este Ayuntamiento es la resaca de los últimos años, donde las decisiones que tomaban los antiguos equipos de gobierno se veían en los tribunales.

P. ¿Cómo han reaccionado los vecinos a tener unas normas administrativas en la ciudad?

R. Cuesta trabajo, para todo el mundo, aceptar que se ponen multas, que hay procesos selectivos de personal, que las facturas de los proveedores deben ir de tal forma, pero había que hacerlo. Poner orden administrativo es complicado, pero cuando se ponen criterios claros, transparentes y sin arbitrariedad se terminan por aceptar.

P. ¿Qué espera de la oposición, del PSOE?

R. Que mejore la relación. Entiendo que este último año ha sido de muchos cambios para ellos, como la marcha de Paulino Plata, pero creo que, por responsabilidad deberían de hacer un tipo de oposición en la que no expongan tanto sus colores de partido y que defiendan más los intereses de Marbella.

P.¿Y del resto de las administraciones

R. Lealtad a Marbella, proyectos concretos, dentro de la cooperación con el Ayuntamiento, y por supuesto, financiación.