"Tiene un cerebro perfecto"
Los compañeros y el técnico de Henrik Larsson elogian su inteligencia, vital en el juego de contragolpe de Suecia
La piel curtida y seca recuerda a la momia de la princesa inca hallada en el volcán Ampato. El cuero que le recubre el cráneo se parece al cabo de un rebenque, y su antigua melena marrón se ha vuelto incipiente y blanquecina. Marcus Allbäck, que tiene 30 años, se gira y lo mira, de pie a su lado, como se observa a un trozo de historia viva. "Henrik es realmente viejo", dice, sonriendo. "Pero lo grandioso de él es que todavía tiene condiciones. ¡Míralo! Yo estoy impresionado ¡Tiene el físico de un quinceañero!".
Nadie en Suecia tiene un cuerpo más equilibrado que Henrik Larsson. A sus 36 años largos, posee la estructura y la fibra de un corredor de 400 metros. A pesar de los años de lucha, parece entero. El paso del tiempo, sin embargo, no ha sido en vano. Se evidencia en las piernas recubiertas de marcas rojizas de patadas, de cortes y de incrustaciones de tacos. En los talones, en las rodillas y en las espinillas, se multiplican los vestigios de sus andanzas entre defensas holandeses, escoceses, ingleses y españoles. Las cicatrices hablan de uno de esos futbolistas de otro tiempo que, mezcla de necesidad y fijación con la pelota, no dejaron el negocio mientras el cuerpo aguantó. Así se aferra al fútbol Larsson. Tanta pasión lo convierte en un peligro.
"Ahora está jugando en Suecia, que es una Liga muy por debajo de la media europea", dice Allbäck; "pero jugó el primer partido, contra Grecia, como si hubiera estado con nosotros en todos los grandes partidos de los últimos tres años. Su mayor fuerza es su astucia. Su forma de interpretar el juego lo convierte en un hombre básico en nuestro equipo".
Hijo de un caboverdiano y una sueca criado en Helsinborg, Larsson se hizo célebre en el Mundial de Estados Unidos, en 1994. Pocos jugadores en esta Eurocopa han conquistado más trofeos: cuatro Ligas escocesas, dos españolas, una inglesa, una Liga de Campeones, una Copa de la UEFA y ocho Copas de diversa índole. Ahora ha regresado a la selección después de dos renuncias. Renunció en 2002, tras el Mundial de Corea y Japón, y en 2006, después del Mundial de Alemania. Su palabra vale poco. Lo saben los hinchas del Barça, que le vieron jurar su despedida del alto nivel en junio de 2006. Se fue al Helsinborg, pero no duró ni dos meses. El otoño en la Liga sueca le resultó insoportablemente aburrido. Fichó por el Manchester y se entretuvo hasta 2008. Entonces regresó al Helsinborg, y allí permaneció hasta que el seleccionador, Lars Lagerbäck le invitó a volver. Fue hace un mes. "Cuando quieras, aquí tienes hueco", le dijo. El viejo goleador hizo las maletas. Sólo jugó un amistoso antes de la Eurocopa. Y ya es titular.
Ayer, Lagerbäck dijo que le llamó, más que por su experiencia, por su inteligencia: "Es excelente para nuestro fútbol de contraataque porque puede enlazar las jugadas. Entiende perfectamente el tránsito que va de la recuperación al ataque. ¡Ve el fútbol!".
Larsson ha metido 36 goles en 93 partidos con Suecia. La estadística es notable para un delantero que ha repartido su carrera en funciones que lo alejaron del área. Anders Svensson, el organizador del equipo, insiste en la capacidad de su colega para administrar las posesiones rápidas: "Es mi referencia cuando miro a quién darle el balón. Porque él baja al medio a recibir, y me ayuda a orientar las jugadas hacia Ibrahimovic o los extremos".
El extremo del Birmingham City, Sebastian Larsson, se emociona cuando le preguntan por uno de sus mitos: "Puede que sea viejo, pero cuando está en la cancha no se le ve viejo. Es un futbolista fantástico, y esto es lo más importante. Ha estado en todas partes. Esta experiencia se le ve en la tranquilidad que tiene cuando recibe un pase. Nada lo altera y siempre usa el balón con inteligencia. Cuando él juega, el equipo se conecta, nos entendemos mejor. Es raro que un delantero haga esta función, pero es que tiene un cerebro perfecto para el fútbol. Sabe cómo hacer que los que lo rodean jueguen bien y se metan en el partido".
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