"Viajaremos en casa con el niño"

Tras recorrer más de 15.000 kilómetros sobre su tándem durante tres años y cuatro meses, Eneko Etxebarrieta y Miyuki Okabe han regresado a Vitoria, obligados por una alegre noticia: Miyuki está embarazada de cuatro meses. La pareja, que emprendió el 12 de febrero de 2005 una vuelta al mundo en bicicleta en un proyecto que compaginaba aventura y difusión de iniciativas de Unicef, decidió el 31 de mayo pasado en Caracas (Venezuela) aparcar, de momento, toda una filosofía de vida para dedicarse a criar a su hijo. Ahora, para salvar una presumible rutina, tienen claro que van a seguir "viajando en casa" con el niño, organizando su archivo gráfico y sonoro y la difusión de su experiencia.

"De vez en cuando nos miraban como si fuéramos un ovni"

"De momento, sólo pensamos en el crío", insistían ayer en Vitoria, recién llegados de la capital venezolana, deudores del cansancio del viaje transoceánico. "Ha sido una decisión meditada. Veíamos que se nos pasaba el tiempo de ser padres, yo, con 41 años y Miyuki, con 36", recuerda Etxebarrieta. "Pero el proyecto se mantiene; esperaremos a que el bebé pueda viajar".

Él decidió un día que podía llegar a Estambul con la bicicleta con la que se movía por Vitoria. Comenzó, entonces, a principios de 2000, una aventura que le llevó a recorrer el mundo, 46.000 kilómetros que le transformaron la vida y le permitieron conocer a Miyuki, brasileña de origen japonés. Ya en 2005, cuando emprendió su segunda vuelta a la Tierra, sobre un tándem, en compañía de la que ya era su esposa, la intención que les movía no era el reto de cubrir un recorrido. Querían conocer mejor a la Humanidad. Quizá por ello, comenzaron por la Patagonia, uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra. "Sobre todo para un ciclista. Teníamos que sufrir vientos de 100 kilómetros por hora, temperaturas que llegaban a 15 bajo cero, sin ver a un ser humano en todo el día. De vez en cuando, nos encontrábamos con un ganadero que vivía en una cabaña aislada y que nos miraba como si fuéramos un ovni", recuerda Eneko.

Desde la Patagonia fueron ascendiendo hacia Brasil, por la costa del Atlántico. Mejoró el tiempo, y su página web (acercandoelmundo.com), comenzó a recoger además de sus experiencias, las de quienes iban encontrando a su paso. En la Amazonia, saludaron a tribus que no habían tenido contacto blancos y asiáticos. "Tampoco nosotros habíamos visto indígenas; estábamos igualados", apunta Etxebarrieta.

La pareja se había comprometido a difundir los proyectos que Unicef mantiene en América Latina. Convertidos en reporteros volantes, recogían las experiencias de este organismo y luego las colgaban en su web que recibía unas 600 visitas diarias, y desde la que editaban un boletín mensual con 5.000 suscriptores. Creen que han vivido de cerca la realidad de America Latina.

Ahora les queda organizar todo el material documental (más de 500 artículos y 8.000 fotografías) para su difusión pública. Con tranquilidad: lo importante es el embarazo de Miyuki. Su marido desveló ayer que la futura criatura se gestó en el Centro Vasco de Caracas. Cuestión de nostalgia.