Exhibición de Valverde

A apenas un mes para el comienzo del Tour, Alejandro Valverde dio ayer buena cuenta de dos de los asuntos que más le preocupan en la 'grande boucle', su rendimiento en la contrarreloj y su relación con Cadel Evans, segundo tras Alberto Contador en el Tour 2007 y máximo favorito en 2008 por la ausencia del chico de Pinto. De paso, Valverde sacó los colores a Levi Leipheimer, especialista en las contrarreloj y favorito de la jornada.

Para Valverde, que no ha escondido su ambición de triunfar en el Tour tras el sexto puesto del año pasado, las ventajas obtenidas sobre el australiano y el norteamericano, 20s y 19s, respectivamente, cobran la máxima importancia ya que tanto por distancia, 31 kilómetros, como por su accidentado relieve, un recorrido duro y peligroso por el macizo del Pilat con una cuesta larga y tendida y un repecho durísimo a mitad de recorrido, el trazado de ayer guarda un cierto paralelismo con el de la primera contrarreloj del Tour. Es el segundo triunfo de Valverde en una contrarreloj este año después de la Vuelta a Murcia.

Valverde, que logró su máxima ventaja en los primeros 12 kilómetros, los de la primera cuesta, para luego mantenerla y defenderla en la tercera parte, donde fue prudente en un descenso peligroso tanto por la estrechez y el mal estado de la carretera como por la lluvia, se colocó líder de la Dauphiné Libéré, con 23s y 37s, respectivamente, sobre Leipheimer y Evans, a falta de las cuatro etapas más duras.

Por otra parte, el Tour de Francia anunció ayer que veta a Tom Boonen, positivo por cocaína. Quick Step e Innergetic, patrocinadores del equipo de Boonen, expresaron su apoyo al corredor y anunciaron que prolongan tres años, hasta 2011, el patrocinio. "No soy perfecto", dijo Boonen, que leyó una disculpa ante la afición.