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Reportaje:Moda

Un extraño en la corte 'fashion'

El nigeriano Duro Olowu triunfa en la Semana de la Moda de Londres

"¡Qué extravagante soy!", exclama Duro Olowu (Lagos, Nigeria, 1965) riendo, casi sorprendido por la opulencia de uno de sus vestidos. Está confeccionado con un lujoso patchwork -su seña de identidad- que en este caso ensambla telas antiguas, estampados africanos y bordados artesanales.

Olowu está en su tienda de Portobello Road, una pequeña boutique que destaca como un ave exótica en un ya multicultural vecindario. Olowu explica la historia que hay tras cada uno de sus diseños y muestra los tesoros que va encontrando en sus numerosos viajes: alpargatas de Estambul, carátulas de discos, joyas de los años treinta, muebles retro, objetos curiosos y antigüedades. "Son piezas bien hechas, lo que antes era la norma. Llevo la chaqueta de un viejo uniforme de barrendero francés que se mantiene en buen estado. La fiebre por lo vintage lo pone difícil, pero si se busca bien todavía se pueden encontrar cosas. Es bonito que sigan en uso", dice admirando una tela de alta costura, que encontró en un sótano y que volverá a la vida en seis de sus vestidos.

"La mayoría de la ropa para hombre te hace parecer un gigoló"

Este diseñador nigeriano, que vive entre Londres y Nueva York, echó a rodar su propia marca hace cuatro años. Se formó, despacito y con buena letra, trabajando en la tienda que compartía con su ex mujer, diseñadora de calzado, mientras ejercía como abogado. "Soy totalmente autodidacto. Las escuelas y las empresas de moda sirven para aprender el oficio, pero también pueden entrenarte la mente. Tomé medidas, me pregunté qué les sentaba bien a los clientes. No corto los mejores patrones del mundo, pero sé en lo que soy bueno. Da igual lo vanguardista que sea mi prenda, pues siempre resultará realista sobre el cuerpo de una mujer". Desde hace tres temporadas presenta sus colecciones en la Semana de la Moda de Londres, y actualmente vende en una veintena de establecimientos repartidos por todo el mundo. La próxima temporada lanzará su primera colección masculina. "Hoy la mayoría de la ropa de hombre te hace parecer un gigoló con esos zapatos puntiagudos y pantalones estrechos. Mi ropa será para hombres que quieren vestir de un modo diferente pero sin sentirse estúpidos. Clásica, aunque con detalles especiales. Será una colección cápsula, de pocas piezas muy escogidas. Mi carrera empezó con un solo mode-lo de vestido y he aprendido que a veces menos es más".

Olowu supo desde niño que quería dedicarse a la moda, pero siguió el consejo de sus padres y se trasladó a Londres a estudiar Derecho. En su estilo, que él define como Bamako Pompadour -en homenaje a la efervescente capital de Malí- resuena el mundo que vio durante su infancia: "Me encantaba observar a mis padres y sus amigos. Vestían muy bien, casi siempre de sastre, y escuchaban a Fela Kuti, Jethro Tull, Jimi Hendrix o Ella Fitzgerald. Acompañábamos a mi padre en sus viajes de trabajo a Ginebra, hoy una ciudad un poco aburrida, pero durante los setenta era fantástica". Olowu reconoce estar en una etapa muy feliz en su vida. El pasado enero se casó con Thelma Golden, la directora del Museo Studio en Harlem, y acaba de comprarse una casa en Londres, en el mismo barrio de su boutique. Pese a su nuevo hogar al otro lado del charco, no se decide a trasladarse definitivamente a la Gran Manzana: "Londres es la ciudad más cosmopolita del mundo y además nos mezclamos entre nosotros. Por ejemplo, en esta zona hay restaurantes gallegos, libaneses, marroquíes... Soy nigeriano, jamaicano por parte de madre y, además, londinense. Es una ciudad realmente internacional. Y siento que perderé ese espíritu si me voy de aquí".

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