Ni rastro del Ajax, ni del PSV ni de Cruyff
Engelaar, del Twente, se convierte en la revelación holandesa desde el doble pivote
A la que Giovanni van Bronckhorst marcó el tercer gol contra Italia, los 10.000 hinchas oranje que llenaban el fondo norte del estadio Wankdorf, de Berna, rompieron a cantar: "¡Feliz cumpleaños, Wesley!". Y Wesley Sneijder, que justamente el lunes celebraba su 24º aniversario, aplaudía feliz, satisfecho por la ovación, el marcador y su delicioso gol, el segundo de Holanda. "Desde luego, ha sido el mejor regalo de cumpleaños en mi vida de futbolista", confirmó el madridista a la salida del estadio después de ser proclamado el mejor del encuentro, vitoreado por otros 20.000 aficionados que no pudieron entrar al campo. A su lado, Rafael van der Vaart, asentía con la cabeza: "Ha sido una noche muy especial. Al poco de comenzar el partido, me he dicho: 'Jolines, los italianos no controlan. Hoy nos puede ir bien'. Tuvimos muchas oportunidades y marcamos un segundo gol magnífico".
Las largas posesiones de Holanda han evolucionado a un fútbol más dinámico
En caso de duda, Van Basten eligió a jugadores físicos en vez de técnicos
El equipo dominante en la formación titular que goleó a Italia era el Hamburgo
La Selección Holandesa en la Eurocopa |
Van Nistelrooy marcó su primer gol |
Sneijder, una de las estrellas de Holanda |
Van der Vaart y Sneijder desequilibraron el partido, como estaba previsto en el guión de Marco van Basten, que montó una alineación más competitiva que nunca. "Disponemos de muchos jugadores que son media punta y sólo uno puede alinearse tal y como está montado el equipo", corroboró Van Bronckhorst. "Frente a Italia jugó Van der Vaart y en la izquierda Sneijder, pero tenemos otras opciones, otras parejas como Robben y Van Persie, que pueden hacer las mismas funciones y marcar las diferencias", siguió; "el objetivo es mantener el equilibrio. Hemos dado con un sistema que nos ha permitido mejorar defensivamente y ser más efectivos en el ataque". "Tenemos mucho fútbol", asiente Sneijder.
Italia ayudó, y mucho, a que Holanda funcionara como una máquina más que como la naranja mecánica. "Cannavaro es el jefe y capitán, un zaguero diferente, y sin su presencia pierden jerarquía", afirmó Sneijder. "No defendieron en corto como saben, circunstancia que generó muchos espacios y pudimos jugar más cómodos", añadió Van Bronckhorst. Los italianos cedieron en un solo partido más goles que en los siete que les llevaron a la conquista del Mundial en Berlín en 2006: dos frente a tres. El equipo de Roberto Donadoni firmó su capitulación desde la zaga, que perdió agresividad y anticipación, y el de Van Basten edificó su goleada a partir precisamente del orden defensivo.
Las tres dudas que tenía el seleccionador holandés se resolvieron a favor de futbolistas físicos y experimentados en vez de jóvenes y técnicos: no salió Afellay, sino que de extremo derecho se alineó Kuyt para castigar a Zambrotta con un delantero más experto; De Jong mezcló con Engelaar en el doble pivote en detrimento de De Zeeuw por una cuestión de intimidación, y Boulahrouz ejerció de lateral derecho para tomar al rápido Di Natale al tiempo que el curtido Ooijer actuaba de segundo central al lado de Mathijsen a fin de marcar a Toni mientras Van Bronckhorst abría la banda izquierda hasta el gol. Holanda ganó las dos bandas del campo de manera opuesta, por el físico la derecha y por la técnica la izquierda, y percutió en la medular con Van der Vaart, liberado defensivamente por el trabajo de los dos volantes defensivos.
Holanda jugó con más futbolistas por detrás de la pelota que por delante y en su alineación de partida no figuraba ni un solo jugador del Ajax (hay tres en la convocatoria: Stekelenburg, Heitinga y Huntelaar) ni del PSV Eindhoven (Afellay), el referente en su manera de entender el fútbol y el campeón de Liga, respectivamente, ante la mirada del gurú Johan Cruyff, invitado al palco. El equipo dominante era el Hamburgo (Mathijsen, Jong y Van der Vaart), por delante del Madrid (Sneijder y Van Nilstelrooy), mientras que el Liverpool (Kuyt), el Manchester United (Van der Saar), el Sevilla (Boulahrouz), el Blackburn Rovers (Ooijer) y los dos representantes holandeses como son el Feyenoord (Van Bronckhorst) y el Twente (Engelaar) contaban con un futbolista. La prensa holandesa insistía ayer, por lo demás, en que los jugadores quisieron responder a Cruyff por sus críticas hacia la apuesta de Van Basten y recordaban que el seleccionador hace un mes que no se habla con el ex técnico del Barça, por más que mantienen su amistad, cuando durante el Mundial de 2006 se telefonearan hasta dos y tres veces cada día.
El fútbol oranje ha evolucionado con el tiempo y sus largas posesiones insustanciales han dado paso a un fútbol dinámico, de desmarque y remate, a partir de un buen juego de posición y un mejor trato a la pelota. "No sé qué tendrá que ver en el asunto el campeonato español", precisaba Van Bronckhorst, "pero el Barcelona ha dejado de tener jugadores holandeses y, a cambio, hoy los tiene el Madrid". Las estadísticas aseguran al mismo tiempo que los futbolistas oranje recorrieron más kilómetros que los italianos durante el partido (111 kilómetros frente a 107) y que De Jong, Van der Vaart y Engelaar superaron los 11.
Ex jugador del Breda y del Feyenoord y actualmente en el Twente después de pasar por la Liga belga, el protagonismo de Engelaar fue absoluto. Desconocido en el panorama internacional, el gigante holandés de 28 años estuvo impecable en la recuperación y el juego en corto en su séptimo partido como internacional. Engelaar difícilmente puede pasar inadvertido por sus 1,98 metros. Tuvo una actividad incesante y, aunque aparentemente parece correr de forma descoordinada, no perdió la posición ni la pelota, se impuso en los balones aéreos y orientó bien el juego desde la izquierda. "Jamás olvidaré el partido contra Italia", subrayó ayer el volante defensivo; "me voy haciendo a la idea de jugar con Holanda y de ser un centrocampista defensivo. Empiezo a sentirme como en casa". Engelaar era un delantero centro en sus inicios antes de triunfar en el Twente, el equipo que vuelve a contar con un internacional tras John Bosman en 1977.
Engelaar y De Jong o, en su defecto, De Zeeuw, volante del AZ Alkmaar, sostienen a Holanda con el doble pivote para que los delanteros resuelvan. A diferencia de Van Bommel y Seedorf o Davids, ausentes por discrepancias con el técnico, no reclaman más importancia que la concedida por el partido. Y, frente a Italia, respondieron para suerte de Van Basten, que incluso ha sorprendido a Cruyff. La mayoría de los técnicos holandeses, y entre ellos Martin Jol, futuro entrenador del Hamburgo, acusaban al seleccionador de no tener un plan defensivo estable no sin razón. El lunes, con una nueva zaga inédita e inesperada, Holanda dejó a cero a la campeona del mundo. No es extraño que los 1.000 hinchas que ayer se reunieron en el entrenamiento en Lausana cantaran: "¡Holanda, campeona, oé, oé, oé!".
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