El atasco del gasóleo
La huelga colapsa Madrid - Embotellamiento en la A-1 y retenciones en la M-40 y A-6 - El 15% de las gasolineras se queda sin suministro
El objetivo era colapsar la capital. El plan se fraguó el sábado en el campo de fútbol de Morata de Tajuña. Y estuvieron a punto de conseguirlo. La de ayer fue una protesta histórica. Kilómetros de colas de coches en la M-40, la A-1 (Burgos) y la A- 6 (A Coruña) durante todo el día. El 15% de las gasolineras sin suministro, con millares de usuarios dispuestos a aguantar la fila para dejar rebosantes sus depósitos.
Pero puede no ser nada avistando un poco la que se avecina. La huelga de los transportistas, que han lanzado sus camiones contra el asfalto de toda España, es indefinida. Y Madrid es un blanco prioritario. Y fácil. Ayer se resistió la M-30, pero hoy, después que muchos hayan pasado la noche en la A-1 al filo de la carretera de circunvalación, vuelven a la carga.
Los camioneros exigen un precio mínimo obligatorio por servicio y que las tarifas del transporte se revisen cuando suban los carburantes.
Mercamadrid amaneció tranquilo. De seis a ocho de la mañana, pequeñas furgonetas pudieron entrar y salir con normalidad. Nada de grandes camiones. Los puestos estaban repletos de género. Una inquietante abundancia que precede a un posible desabastecimiento que, si nada cambia, llegaría entre el miércoles y el jueves. Esas son las previsiones de quienes trabajan cada día ahí.
Pero la procesión, esta vez, iba por fuera. Por la M-40. Unas 200 cabezas tractoras recorrieron como caracoles en un día de lluvia la vía de circunvalación desde las ocho y media de la mañana. En dos ocasiones llegaron a parar los vehículos en medio de la calzada y montaron un piquete improvisado para no dejar pasar a los transportistas que se escaqueaban de la huelga. Hubo piedras e insultos para quienes ejercieron su derecho al trabajo. No estaba el horno para bollos.
El desfile de camiones a 20 por hora se transformó en una hilera de motores apagados al intentar alcanzar la M-30 por el norte. La Guardia Civil les cortó el paso a la circunvalación por la autovía de Burgos (A-1). Los huelguistas ocuparon dos carriles y dejaron otro para el paso del tráfico con cuentagotas. De ahí no les movía nadie. Por la tarde, después de ocho horas parados y sin permiso, cortaron todo el acceso y se echaron a dormir.
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