Caruana pide cambios en la regulación y en la supervisión del sistema financiero
El ex gobernador y miembro del FMI reconoce "fallos importantes" en la crisis
En esta crisis hemos fallado todos. Los supervisores, los mercados, los reguladores y las entidades financieras. Esto es lo que viene a reconocer Jaime Caruana, el director de Mercados Monetarios y de Capitales del Fondo Monetario Internacional (FMI), y ex gobernador del Banco de España en un clarificador artículo publicado ayer en la Revista de Estabilidad
En esta crisis hemos fallado todos. Los supervisores, los mercados, los reguladores y las entidades financieras. Esto es lo que viene a reconocer Jaime Caruana, el director de Mercados Monetarios y de Capitales del Fondo Monetario Internacional (FMI), y ex gobernador del Banco de España en un clarificador artículo publicado ayer en la Revista de Estabilidad Financiera del Banco de España. Probablemente es el primer artículo donde un alto ejecutivo internacional reconoce tantos fallos en el sistema ante esta crisis. Con tantos culpables, no pide responsabilidades porque se supone colectiva.
Es relevante que Jaime Caruana reconozca que "en los inicios de la crisis, durante el transcurso de una reunión internacional", la idea que reinaba es que el problema se limitaría a una "una digestión pesada y dolorosa" de las entidades que habían hecho su agosto "cometiendo excesos en épocas de bonanza". Es decir, nadie era consciente de la magnitud de lo que se venía encima. De hecho, se pensaba que no podía afectar a la economía real. "Ha habido una incapacidad de entender y apreciar la magnitud y las implicaciones del extraordinario apalancamiento" de los sistemas financieros, dice. "Este fallo no sólo es achacable a los supervisores sino principalmente al propio mercado", acusa rotundo Caruana.
"Se han puesto de manifiesto fallos importantes tanto en los mercados como en el marco general de supervisión" dice Caruana. Estas palabras, viniendo de un ejecutivo de este nivel, sólo pueden significar que llegará más regulación. Esto es precisamente lo que más temen las entidades, que han gastado tiempo y dinero en adaptarse a las Normas Internacionales de Contabilidad (NIC) y a los sistemas de riesgo Basilea II. Caruana considera que la crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de introducir cambios en la regulación y supervisión del sistema financiero internacional, "aunque sin caer en el exceso".
Este ejecutivo cree que la innovación financiera ha ido por delante de la capacidad de control de los supervisores. "La información proporcionada al mercado no fue suficiente; la gestión del riesgo ha sido deficiente y la falta de regulación de las hipotecas en Estados Unidos ha facilitado la reducción de estándares crediticios, hasta llegar al fraude".
A algunas entidades, no a todas, les acusa de "debilidades en las estructuras de gobierno y en los procesos de toma de decisiones y de control de riesgos". También acusa a las agencias de calificación de otorgar triple A productos de alto riesgo y pide que los bancos centrales "continúen adaptándose" a las circunstancias. Incluso dice que estas instituciones tienen "lecciones en cuanto a la posibilidad de operar, si es preciso, a plazos más amplios de los habituales". Esta es una de las más insistentes peticiones del sector, que solicitan subastas del BCE a uno o dos años.
Por otro lado, Ángel Ubide, director de Economía Global de Tudor Investment Corporation, pide en este revista un enfoque de mayor prudencia. Ubide sugiere la introducción de provisiones estadísticas que aumenten la capitalización del sector financiero y reduzcan su prociclicidad. España es el único país de la OCDE en el que ya funcionan estas provisiones.
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