Uno de los grandes
Pienso en el España-Rusia de hoy y pienso en Guus Hiddink. Fue mi seleccionador con Holanda en la Eurocopa de Inglaterra en 1996. Mal torneo para Holanda porque hubo muchos follones dentro del equipo. Primero, los jugadores del Ajax se enfadaron por no sé qué y lo pagamos todos. Luego, Davids hizo unas declaraciones hablando de racismo dentro de la selección... Él lo pagó porque Hiddink se vio obligado a echarle del equipo, pero el grupo también porque afectó a las relaciones. Terminamos por no hacer una muy buena Eurocopa. El ambiente, en torneos de estas características, es importante. Ni en aquellos días complicados Hiddink perdió la calma. Otro en su lugar habría estallado, pero él siempre mantuvo el tono y su fino sentido del humor. Me impresionó entonces al tiempo que me ofrecía las claves de muchos de sus posteriores éxitos en su carrera como seleccionador.
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Hiddink es abierto, dialogante, respetuoso, valiente, divertido y nunca se cierra en banda a nada. Al contrario, acepta sugerencias y muchas veces las incorpora. No es el típico "aquí mando yo y se hace lo que yo digo os guste o no". Hiddink escucha siempre y concede, cuando puede, adaptándose como un camaleón a la idiosincrasia del país que visita. Estoy seguro de que ese carácter es lo que le ha permitido triunfar con Holanda. Fue excelente el juego que desarrolló en 1998. No olvidemos que la selección holandesa es una mezcla de jugadores muy holandeses y otros que, habiendo nacido en Holanda, llevan en su sangre raíces de Surinam y se les nota. Pero la sublimación en su capacidad de adaptación nos remite a Corea del Sur, Australia y, ahora, Rusia. En todos los equipos ha sacado provecho a las calidades propias del jugador local y a todos les ha aportado algo, su sello de gran entrenador.
El jugador se siente muy cómodo trabajando con Hiddink dentro y fuera del campo. Y en torneos tipo Eurocopa o Mundial es imprescindible que haya buen ambiente. Nunca le culpé a él de aquel mal rollo en Inglaterra. El tiempo me dio la razón. Basta con echar un vistazo a su espectacular carrera como seleccionador. Triunfó en 2002 en Corea del Sur, donde es un héroe nacional, y repitió con Australia, a la que clasificó para el Mundial de Alemania 2006 eliminando a Uruguay, lo cual tiene mucho mérito. Después hizo un torneo extraordinario. Meter a Rusia en la Eurocopa, habiendo competido con Inglaterra, tiene mérito por mucho que saliera beneficiado de la victoria en Wembley de Croacia. Hiddink lo consiguió otra vez.
Vivo en Donetsk, en la zona digamos pro Rusia de Ucrania. Así que puedo intuir que a su innata capacidad de integración le habrá tenido que inyectar mucho humor, grandes dosis de diplomacia y paciencia. La rusa es una sociedad jerarquizada en base al dinero: el que más dinero tiene manda, sencillamente, porque tiene dinero. Así de fácil. Por eso puedo imaginar las presiones que habrá tenido que soportar con el tema de Kerzhakov, delantero del Dinamo de Moscú, al que finalmente no ha convocado para el Europeo. En Rusia, el que tiene dinero y, por tanto, manda, se mete en todo, incluso en las decisiones del entrenador, doy fe. Y Kerzhakov juega en uno de los equipos más potentes. La integridad como persona de Hiddink queda demostrada con este ejemplo.
Pienso en el Rusia-España y no me quito la idea de la cabeza de que la selección española tendrá que jugar muy bien si quiere ganar. Seguro que delante tendrá un equipo ordenado, con calidad y con las ideas muy claras. A Rusia le conviene el empate. Así que, por encima de todo, buscará no recibir un gol. Tiene suerte España de la lesión de Progrebnyak y, especialmente, de la sanción de Arshavin, el Messi ruso. Que Hiddink le haya citado pese a tener que cumplir una sanción de dos partidos demuestra que en sus planes está llegar a la segunda fase. Así que cuidado con ellos. Ya saben, tienen a Hiddink, uno de los grandes.
Jordi Cruyff fue jugador del Barcelona, Manchester United, Celta, Alavés y Espanyol. Actualmente, juega en Ucrania, en el Metalurg Donetsk.
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