Archivado sin culpable el crimen de la peluquera de Tavernes

Más de tres años de investigación no han servido para descubrir al culpable del asesinato de Pilar Ramírez. Tenía 32 años. Unos niños la encontraron a las cinco de la tarde del 2 de febrero de 2005 en un huerto, a las afueras de Tavernes de la Valldigna, herida de gravedad, con múltiples golpes. Murió mientras era trasladada en ambulancia al hospital. Había recibido una brutal paliza. Pilar Ramírez era natural de Getafe (Madrid), vivía en La Safor desde hacía 11 años. Era peluquera, estaba casada, tenía un hijo (entonces de seis años), la conocía todo el pueblo, salía a caminar cada mañana con un grupo de amigas. Pero aquel día lo hizo sola.

La Guardia Civil detuvo siete meses después del crimen a Cristóbal Sánchez. La juez de Sueca decretó su ingreso en prisión. Estuvo seis meses. Su libertad no supuso la exculpación. Ha sido el único imputado por el crimen. Tiene 37 años, está casado, tiene dos hijas y una empresa en la que el marido de Pilar Ramírez trabajó durante un tiempo. Las familias se conocían mucho. El hasta ahora único sospechoso se manifestó en contra de la violencia tras el crimen y reclamó justicia. Las pruebas le han dejado ahora libre de toda sospecha. La juez ha decidido, de acuerdo con el fiscal, el archivo provisional del procedimiento ante la falta de indicios que permitan mantener la situación de imputado de Cristóbal Sánchez.

Es un asesinato sin resolver. Los análisis de ADN practicados a los restos que aparecieron junto al cadáver no han dado ningún resultado. Nadie vio nada. La autopsia de Pilar Ramírez demostró que tenía golpes en la cara, en la cabeza, justo por encima de la nuca, corrió, trató de huir y permaneció en el suelo varias horas hasta que fue encontrada.