Los carodistas exigen tener peso en la dirección por su apoyo al tripartito
Carretero no estará en la dirección de ERC, pero quiere que se incorpore su equipo
Comienza la semana de reuniones de Esquerra Republicana (ERC) que decidirá todos los matices que existen tras abrir la caja de Pandora independentista. Si alguien pensaba que la votación del sábado para elegir presidente y secretario general era el fin del proceso iba muy equivocado, era "el momento de que todos se contaran", dijeron fuentes de la dirección.
Ahora que cada sector conoce su peso, al vencedor, Joan Puigcercós, ya le llegan las exigencias de los otros candidatos para apoyar la nueva ejecutiva. El sector cercano a Josep Lluís Carod Rovira, representado por Ernest Benach, exige cargos de peso en la ejecutiva bajo el argumento de que es el único de los tres sectores vencidos que apuestan sin tapujos por el Gobierno tripartito.
Pero Puigcercós no comenzó a negociar con los carodistas, sino con el candidato que le sucedió en número de votos, el crítico Joan Carretero. El encuentro fue en Manresa, duró dos horas y media, y la versión oficial sólo confirmó que hablaron de "estrategia" y de que "todo es posible".
Pero Carretero sabe bien cuál es su juego: su segunda posición le convierte en el crítico por antonomasia y no va a perder esa atalaya. No entrará en la ejecutiva, anunció ayer él mismo. Otra cosa es que miembros de su equipo como Rut Carandell o Emili Valdero puedan acceder al sanedrín republicano.
La segunda reunión de Puigcercós ayer fue con Ernest Benach. Fuentes de su candidatura asumen que están en una situación complicada, pero que son el único aliado protripartito con el que puede contar el nuevo líder. Todas las candidaturas asumen que el reparto de poder de la ejecutiva se decidirá como pronto el viernes por la mañana. Los carodistas ofrecen apoyo a Puigcercós siempre que se integre en el corpus ideológico del partido su propuesta de la fecha 2014 como símbolo del referéndum de soberanía. También quieren más peso en la ejecutiva; organización y comunicación.
Esta última cuestión comporta un elemento de fondo cardinal: el futuro de Josep Lluís Carod Rovira. Nadie cuestiona el papel de Carod en el Gobierno catalán, otra cosa es su futuro a partir de 2010. Hasta entonces, respeto por el ex líder de ERC. Carod no participa en la negociación, pero la sigue de cerca. Prueba de ello es que ayer comió con Benach y Rafel Niubò, sus candidatos, y no acudió al habitual ágape de lunes con el presidente de la Generalitat, José Montilla, y con Joan Saura.
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