"Rossi ganó en su casa, yo en la mía"
Pedrosa rompe la racha de tres victorias consecutivas del italiano
Nada más cruzar la meta, Dani Pedrosa comenzó a zarandear su Honda al tiempo que Montmeló entero (más de 113.000 espectadores) estallaba en un tremendo estruendo. Tan discreto, tranquilo y sosegado como se exhibe normalmente, Pedrosa se dio un hartón de repartir besos a lo largo de la vuelta de honor. Incluso cogió una bandera en contra de los guardarraíles que le hicieron llegar y que paseó por todo el circuito. Más allá de ganar en casa (el circuito está a pocos kilómetros de Castellar del Vallés, su pueblo) la victoria que logró ayer es significativa porque corta la racha de tres victorias seguidas que Valentino Rossi había acumulado. Pedrosa necesitaba ganar y lo hizo. Además, de forma brillante.
Especial: Mundial de Motociclismo |
El triunfo tiene mucho mérito por las circunstancias que se dieron antes de la carrera. En el warm up (el calentamiento previo), el piloto español terminó 13º, a un segundo del primero. Algo no iba bien en su moto. Nada más aparcarla en el taller, Pedrosa fue a buscar a Mike Leitner, su jefe de mecánicos, y le comentó sus sensaciones. Leitner y su equipo le dieron la vuelta a la moto como si fuera un calcetín, y se la hicieron nueva de cara a la carrera. "Gran parte del mérito de la victoria de hoy lo tienen los mecánicos, que han modificado la moto tras el warm up", aseguró Pedrosa, que tampoco ofreció muchos detalles acerca de los parámetros que calibraron en su garaje. "Ha sido una cuestión del balance, de la distribución de pesos. La verdad es que no lo teníamos muy claro porque no habíamos podido probarlo. Cuando el calentamiento ha terminado, he ido a los mecánicos y les he dicho: 'Muy bien, hacer lo que creáis que tenéis que hacer, que por eso sois los mecánicos, y yo pilotaré que es lo mío'. Por suerte, todo ha salido bien, el conjunto ha resultado ser ganador", explicó el motorista español.
El triunfo del español fue tan claro que incluso se permitió el lujo de bajar el ritmo ostensiblemente en las últimas cinco vueltas de la carrera. "Me lo he tomado con más calma. No era necesario correr tanto porque tenía suficiente ventaja. Al final no importa terminar con ocho segundos o con tres. Lo más importante es hacerlo el primero", ahondó Pedrosa.
Aunque hoy se subirá por primera vez a la moto que equipa el nuevo motor de válvulas neumáticas que Honda ya ha puesto a su disposición, Pedrosa elogió al comportamiento que el propulsor convencional [de válvulas accionadas mediante muelles] demostró en la carrera de ayer. "Tenía un poco de miedo por si me faltaba algo de velocidad punta. Pero, al rodar solo, he podido acoplarme bien a la moto", resolvió el tricampeón del mundo. "Lo que me ha resultado más difícil ha sido mantener la concentración. En las últimas vueltas, veía a los comisarios cómo me animaban mientras yo me esforzaba en mirar a la pista", explicó el piloto de Honda, que aún no había ganado en este circuito subido a una máquina de MotoGP. "Era importante romper la racha de tres victorias que había encadenado Valentino. Él ganó en su casa [en Mugello, la semana pasada] y yo quería hacerlo en la mía", argumentó Pedrosa, visiblemente orgulloso del triunfo obtenido. Subido a una bestia de 150 kilos, el menudo motociclista español circuló toda la vuelta de honor en primera velocidad. "La vuelta de honor ha sido increíble. He intentado darla lo más despacio posible para poder saludar a todo el mundo, pero casi se me cala la moto", zanjó el piloto de Honda.
Por su parte, Valentino Rossi explicó las sensaciones que tuvo durante toda la carrera ante el dominio de Pedrosa. "Cuando he pasado a Stoner he pensado: 'A ver quien coge ahora a éste", resumió Rossi. Y añadió: "Que Dani se haya puesto tan cerca [siete puntos les separan en el Campeonato del Mundo] no me hace ninguna gracia".
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