Lo 'trash' como actitud

Hace ya algunos años, este crítico tuvo la suerte de asistir a una variopinta sesión de cortometrajes underground en el Fringe de Edimburgo. En la programación se había colado Psycholettes (1996), corto de Pedro Temboury que se proyectó sin subtítulo alguno. Al rato, la sala se venía abajo entre carcajadas: el cineasta había roto la barrera idiomática mediante su sincero manejo del lenguaje universal del trash, habitualmente tan permeable a imposturas. Los espectadores no entendían los giros malagueños del diálogo, pero sí descifraban el espíritu de una película fresca, bruta y pura.

Es posible que Temboury conozca sólo de oídas They saved Hitler's brain (1963), la película hecha de retales que inspira el título de su segundo largo, y que no haya visto jamás la última viñeta de Hitler contro l'ebreo errante, de Mario Janni, o la película indonesia Virgins from hell. No importa: todos esos ecos desembocan en su trabajo demostrando, una vez más, que en su caso la psicotronía no es pose, sino actitud. El enérgico primitivismo, impresionado en colas de celuloide, de Kárate a muerte en Torremolinos (2003) cede ahora el sitio a un mayor control y una mayor exigencia sobre el material grabado en soporte digital: nada se alarga innecesariamente y la mayoría de gags hacen diana en un festín que incluye, entre otros alicientes, skins de escasa verosimilitud aria, una mujer biónica, un führer negro y fumeta y un sofisticado chiste de pedos.

Tráiler de 'Ellos robaron la picha de Hitler'