Una banda de 'superpiratas' podía copiar 150.000 discos y películas al día
El grupo, de 32 chinos, tenía 'fábricas' clandestinas en Getafe, Parla y Leganés
Una enorme maquinaria capaz de fabricar cada día unos 150.000 CD y películas pirateadas. Eso es lo que ha desmantelado el Cuerpo Nacional de Policía con una operación en la que han sido detenidos 32 ciudadanos chinos. La red disponía de cuatro centros de producción en Getafe, Leganés y Parla, así como dos almacenes en Leganés y Alcalá de Henares, donde guardaban la mercancía, los CD y los DVD vírgenes y fotocopiadoras para elaborar las carátulas.
Los talleres estaban en chalés aislados, para que los vecinos no oyeran ruidos
En las fábricas de discos piratas, la policía ha encontrado 40 torres grabadoras equipadas con 506 bocas copiadoras que funcionaban día y noche, de forma que podían elaborar hasta 150.000 copias diarias, cuyo valor supera los 600.000 euros. Los empleados trabajaban sin papeles y semiesclavizados.
El Grupo de Delitos contra la Propiedad Intelectual de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) central, junto con la Brigada Central de Redes de Inmigración y la Brigada Judicial de Madrid, pusieron en marcha la Operación Talgo hace cuatro meses. "Hace unos años desmantelamos otra banda que tenía su fábrica en la calle de los Ferroviarios y por eso lo bautizamos como Operación Máquina. Después hicimos la Operación Tranvía. Más tarde, la Operación AVE. Y a ésta de ahora la hemos llamado Talgo porque es la más importante que se ha hecho jamás en España", explica uno de los jefes de la investigación.
El pasado 12 de marzo, la policía culminó la que se dio en llamar la mayor operación contra la piratería audiovisual realizada en España, al desbaratar otro grupo chino que realizaba unas 80.000 copias ilegales al día
Los agentes han intervenido más de 300.000 CD y DVD ya grabados, entre los que hay películas recién estrenadas como La boda de mi novia, o el último disco de Amaral. La mayoría de las copias eran obtenidas por el método del screening: uno de los chinos iba a una sala comercial, generalmente a una sesión con poco público, y grababa subrepticiamente el filme mediante una cámara de vídeo. Por eso, las películas tenían mala calidad de imagen y sonido. El pirateo lo hacían a veces en el extranjero, lo que explica que algunas de las películas estuvieran dobladas por actores argentinos o mexicanos.
Los astutos piratas habían decidido instalar sus factorías en chalés y viviendas aisladas para evitar así que el ruido de las máquinas pudiera alertar a los vecinos y éstos, a su vez, a la policía.
La organización disponía también de un ejército de manteros y mochileros -muchos de ellos mujeres- que se dedicaba a vender la mercancía en bares o en la calle. Y, además, tenía ramificaciones en Córdoba, Ávila, Guadalajara, Segovia, Burgos, Soria, Aranda de Duero, Irún y Écija (Sevilla) y otros puntos de la Península, adonde la red enviaba el material a través de empresas de mensajería.
Los agentes dependientes de la Comisaría General de Policía Judicial se han incautado en total de 162.000 películas ya grabadas, 144.000 títulos musicales, medio millón de discos vírgenes, así como 15 fotocopiadoras industriales, escáneres, 6.400 euros en efectivo y cuatro vehículos (tipo ranchera o monovolúmenes).
El ministro de Cultura, César Antonio Molina, se ha felicitado por este golpe a la piratería audiovisual, una lacra que pone en peligro una de las primeras industrias españolas y que genera un 5% de la riqueza nacional. Acompañado por el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, declaró: "Hay que indicar a los ciudadanos que no deben comprar estos productos porque perjudican a la cultura". El ministro lamentó que España, junto con China, esté a la cabeza de este negocio ilegal.
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