Las aerolíneas temen una crisis por el crudo peor que la del 11-S
La IATA cree que el "bajo coste" tendrá difícil sobrevivir
Van 24 aerolíneas menos en seis meses en todo el mundo. Y cerrarán más. La Asamblea General de la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) fue ayer un funeral pese al radiante sol sobre el Bósforo. Con el petróleo por encima de 130 dólares el barril, un bajón de demanda por la crisis y un exceso de oferta, las grandes aerolíneas echan números y se desesperan. En ese escenario de tormenta perfecta, la previsión es que la industria aérea pierda hasta 6.100 millones de dólares (3.927 millones de euros) este año si el crudo costase de media 122 dólares el resto de 2008, frente a 5.600 millones de beneficio en 2007, el primero desde 2001.
La situación sólo es comparable a la que siguió a los atentados del 11-S en EE UU. O peor. "Potencialmente la mayor crisis que hemos vivido nunca", se dolía el consejero delegado de la IATA, Giovanni Bisignani.
Ya no bastará con los recargos de combustible para mantener el tipo, así que es muy posible que se acaben los billetes baratos. Bisignani no quiso dar por finiquitada la era del bajo coste, pero avanzó que el combustible llega al 50% de los gastos de esas firmas. Quizá tengan que "mejorar el modelo".
Los aviadores no pueden reclamar rebajas fiscales sobre el carburante porque en la mayoría de los países el queroseno ya está exento, pero emplazan a los Gobiernos a actuar. Y con un apremio desconocido en este lobby, más proclive a la liberalización que a la intervención. "La renacionalización [de las aerolíneas] no es la respuesta correcta, pero puede ser la única a menos que cambiemos las reglas de juego", espetó Bisignani. No quiso explayarse sobre Alitalia y se limitó a recomendar la reestructuración de la italiana.
Pero los gobiernos pueden ayudar a las aerolíneas a sobrevivir, a juicio de la IATA, que enarbola los 32 millones de empleos que genera la industria aérea en el mundo y su papel clave en la economía para alertar de las consecuencias de dejarla morir. Para ello la IATA convoca un encuentro con los gobiernos a final de año (lo han llamado Agenda de Libertad), al que ya han aceptado acudir una docena, entre ellos de la UE y EE UU.
Una de las principales reclamaciones es la desaparición de las banderas en los aviones, que como el mítico Sísifo, comparó Bisignani, viven en un eterno retorno a la crisis. Las enseñas "deben ir a un museo junto con el billete de papel". Mientras, dice "basta" a los controles de seguridad molestos y descoordinados.
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