El Partido Demócrata decide hoy sobre los delegados de Michigan y Florida
Los dirigentes llaman a la unidad para resolver el veredicto oficial de las primarias
Aunque el mapa de las primarias se completa en los próximos días con las elecciones de Puerto Rico (domingo), Montana y Dakota del Sur (martes), la verdadera batalla final de esta campaña se libra hoy en un hotel del centro de Washington en el que los 30 responsables del reglamento del Comité Nacional Demócrata (DNC, en sus siglas en inglés) decidirán qué hacer con los Estados rebeldes de Michigan y Florida. No está en juego el nombre del nominado. Ninguna circunstancia surgida de esa reunión y ningún escenario imaginable tras la decisión que se tome pueden modificar el hecho incontestable de que Barack Obama ha ganado estas primarias y será el candidato demócrata a la presidencia.
Seguidores de Hillary Clinton se concentrarán en el lugar de la reunión
Pero eso no significa que la reunión de hoy en Washington no sea trascendental en otros aspectos. Lo que sí está en juego es la capacidad del Partido Demócrata de presentar un frente común y una imagen de unidad ante el electorado de cara a las elecciones de noviembre. Y de ello puede depender en gran medida la suerte de esas elecciones.
Por el momento, aunque los principales responsables del partido hacen llamamientos a la unidad y quieren resolver cuanto antes este suspense sobre el veredicto oficial de las primarias, la reunión de Washington está precedida de una gran tensión.
Seguidores de Hillary Clinton, fundamentalmente organizaciones de mujeres, han convocado una concentración en esta ciudad en el lugar y la hora en la que los miembros del DNC empezarán a discutir. Autobuses llegados desde Ohio, Pensilvania y los propios Estados de Michigan y Florida han trasladado a la capital de la nación a miles de personas que traen la consigna de, como dice la publicidad del acto, "exigir que todos los votos sean contados".
La policía ha tomado medidas especiales para evitar disturbios en la calle y preservar la seguridad de esos 30 hombres y mujeres sin piedad que tendrán que dictar tan controvertida sentencia. Los 600 asientos disponibles para el público se agotaron a los pocos minutos de ser ofrecidos en la página web del partido. Más de 400 periodistas están acreditados para cubrir el evento. La campaña de Obama ha pedido a todos que se evite convertir esta importante reunión en un circo. El jefe de la campaña de Clinton, Terry McAuliffe, ha reclamado el derecho de los militantes demócratas a hacer oír su voz en la calle.
¿Qué voz? Lo extraño de esta situación, por lo demás potencialmente explosiva, es que el motivo mismo de la queja se antoja confuso -Geraldine Ferraro pedía ayer levantarse contra el sexismo- y difícilmente justificable. Ese eslogan de que "se cuenten todos los votos" crea sobre una campaña que ha fascinado al mundo una sombra de sospecha que no se corresponde con la realidad. Esto no ha sido Zimbabue. Aquí se han contado todos los votos. El problema ha surgido por la anulación de las elecciones en Michigan y Florida. Esos son los únicos votos que, atendiendo al reglamento del partido, no han sido contados.
Michigan y Florida decidieron adelantar las fechas de sus primarias incumpliendo las normas internas del Partido Demócrata. Como consecuencia, el partido decidió, con el visto bueno de todos los candidatos, que el resultado de esas elecciones sería anulado. Harold Ickes, que es miembro del comité de reglas del DNC y uno de los principales responsables de la campaña de Clinton, votó entonces a favor de la anulación.
Pero entonces todo el mundo pensaba que Clinton ganaría cómodamente y que poco importarían los resultados de Michigan y Florida. Obama retiró su nombre de las papeletas en Michigan pero no pudo hacerlo en Florida, donde ambos contendientes se comprometieron a no hacer campaña. Finalmente, Clinton ganó en ambos Estados y ahora exige que se reconozcan esos resultados. "Confiamos en que el DNC permitirá que todos los delegados de Michigan y Florida tengan su sitio en la Convención", dijo ayer el portavoz de su campaña, Howard Wolfson.
Obama, que se sabe ganador, está dispuesto a mostrar alguna generosidad a fin de obtener la unidad y acepta fórmulas de negociación. "Cualquier compromiso va a favorecer a Clinton, pero estamos dispuestos a que se reconozcan algunos delegados", ha manifestado el director de su campaña, David Plouffe.
Una solución que se contempla es la de permitir sólo la mitad de los delegados de esos Estados, aunque Clinton considera eso insuficiente.
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