Bryant pone en órbita a los Lakers
Ginóbili y los Spurs sucumben ante el equipo de Gasol, a una victoria de la final de la NBA
Kobe Bryant puso en órbita a los Lakers, que ya están a sólo un triunfo de la final absoluta de la NBA. El desesperado apretón final de los Spurs estuvo a punto de enviar al garete el estupendo trabajo del equipo de Phil Jackson, mejor de principio a fin porque mandó descaradamente en el rebote (37-46), aprovechó las segundas opciones de tiro (26 puntos por cuatro) y desactivó a Ginóbili, pieza básica para su rival.
SAN ANTONIO SPURS 91 - LOS ANGELES LAKERS 93
San Antonio Spurs: Parker (23), Finley (0), Oberto (0), Bowen (7), Duncan (29) -cinco inicial-, Ginóbili (7), Barry (23), Horry (2), Udoka (0) y Thomas (0).
Los Angeles Lakers: Fisher (9), Bryant (28), Gasol (10), Radmanovic (11), Odom (16) -cinco inicial-, Farmar (2), Vujacic (4), Walton (9), Turiaf (4) y Ariza (0).
Árbitros: Crawford, Wunderlich y Forte. No hubo jugadores eliminados por faltas personales.
18.797 espectadores en el AT&T Center, de San Antonio. Cuarto partido de la final de la Conferencia Oeste: 3-1 para los Lakers.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
23-28
24-25
23-24
21-16
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A menudo, da la impresión de que los Lakers son tan capaces de desmontar al conjunto más poderoso como de pasar por fases de una vulnerabilidad pasmosa. Prevalecen sus notables conceptos del juego colectivo, pero sobresale, como un pilar fundamental, la capacidad de Bryant para resolver en los momentos más peliagudos.
Los Spurs, los campeones, después de mucho porfiar, dispusieron de un último tiro para ganar cuando faltaban 56 segundos y parecían sin la menor posibilidad porque perdían por siete puntos (86-93). Los 28 puntos y 10 rebotes de Bryant, pese a que no acudió ni una vez a la línea de tiros libres, condujeron a los Lakers a un triunfo que vale su peso en oro en una cancha exigente al máximo. Mucho más agresivos y entonados que en el tercer partido, los Lakers dominaron el rebote y marcaron con acierto, especialmente a Ginóbili, que pasó de su anterior encuentro estelar, en el que anotó 30 puntos, a una noche aciaga.
Los Lakers, sin embargo, tuvieron que superar el repunte de los Spurs, que un par de veces estuvieron a punto de encontrar el punto de inflexión gracias al partidazo de Tim Duncan: 29 puntos y 17 rebotes. El conjunto angelino se encomendó entonces a Bryant y no se equivocó al depositar el balón en sus manos. Los de San Antonio vendieron cara su piel porque, a la desesperada, se pusieron a un dedo de la remontada cuando, sobre la bocina final, Barry falló al intentar una finta y chocar con Fisher. Llegó a lanzar, pero, desequilibrado, levantó los brazos para pedir una falta que, según los árbitros, no existió. "Si yo fuera árbitro, no habría pitado esa falta", dijo Gregg Popovich, el propio entrenador de los Spurs -renovará su contrato aunque pierdan-, desvaneciendo toda polémica.
Pau Gasol tuvo otra noche durísima en su particular batalla con Duncan. El estilo del español suele dar pie al debate en torno a si es lo suficientemente duro en la cancha. Emparejado a los mejores cincos de la NBA y a Duncan en la final de la Conferencia Oeste, ha respondido dando el callo en cada duelo. Él mismo es consciente de la dificultad que supone marcar a Duncan. "Pararle del todo es imposible. Se trata de reducir daños, de que no juegue cómodo, de que no coja ningún rebote con facilidad, de poner el cuerpo contra el suyo, de hacerle trabajar, de sacarle un poco de su sitio", advierte.
Después del discreto partido de todo el equipo en el tercer partido, Jackson se refirió en público a la necesidad de que Gasol y Odom fueran más tenaces y enérgicos en sus acciones. Consciente de que a Jackson le gusta utilizar su humor corrosivo y sus comentarios acerados en público para llamar la atención a sus jugadores, en el cuarto la situación varió y el propio Gasol así lo interpretó. "He estado bastante mejor que en el tercer choque. He podido trabajar mejor en la defensa, he pasado y reboteado mejor y he podido ayudar más al equipo". Los Lakers también lograron que Odom entrara en juego, con 9 rebotes y 16 puntos, 8 en el último cuarto. Una buena noticia después de su desastroso tercer partido.
Gasol, satisfecho por su actuación (10 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) regresó con el equipo a Los Ángeles, donde esperan rematar la serie en el quinto partido, que se disputará a las tres de la madrugada del viernes, hora española, en el Staples Center. De lograrlo, los Lakers se podrían permitir un respiro. Evitarían un nuevo desplazamiento a San Antonio y podrían preparar con más tiempo la final contra el campeón del Este, que debe comenzar el 5 de junio. "Siempre pensamos en el partido más inmediato. Tenemos una gran oportunidad para rematar el trabajo e intentaremos aprovecharla", comentó Gasol.
Una victoria en alguno de los tres partidos que restan les basta a los Lakers para plantarse en la que sería su primer asalto al anillo desde 2004.
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