Hacia unas ciudades abiertas, solidarias y conectadas

El alcalde de Vitoria, Patxi Lazcoz invitó el viernes al de Barcelon, Jordi Hereu ,al 28º aniversario de la designación de Vitoria como sede institucional del País Vasco. Barcelona fue designada oficialmente capital de Cataluña hace dos. Los alcaldes charlan sobre la capitalidad, sus ventajas y servidumbres.

INVITACIÓN AL ACTO Comunidades amigas

Patxi Lazcoz. Estoy aquí con el alcalde de Barcelona porque Euskadi y Cataluña se han mirado en muchas fases de su historia y a mi me hacía ilusión que en esta forma sencilla y austera de hacer esta primera conmemoración del 28º aniversario de la capital de Eukadi, fuera el alcalde de Barcelona quien nos hiciera el honor de acompañarnos.

Jordi Hereu. La llamada del alcalde para conmemorar la promulgación de una ley de sedes y establecer un proyecto de capitalidad, pues me lo puso fácil. Si a eso le unimos que en Barcelona nos encanta conocer otras realidades y establecer el diálogo, pues está claro. Además si es entre dos pueblos que han mantenido una relación estrecha pues aún mejor que mejor y para echar una mano en ese proyecto de capitalidad de Vitoria. En Cataluña somos oficialmente la capital desde 2006 con el Estatut. Se produjo un reconocimiento de algo que llevamos siglos ejerciendo. Ocho años antes se aprobó algo muy importante: La Carta Municipal que nos da un estatuto especial que blinda algunos asuntos trascendentes como la capacidad de auto organización, nos atribuye un papel en las infraestructuras del entorno como aeropuertos, puerto, o cercanías. Y capitalidad significa proyección de país, ciudad abierta como resultado de generaciones de catalanes que vivieron de muchas zonas, y es diversidad.

CIUDADES ABIERTAS Infraestructuras

Patxi Lazcoz. Esa idea de ciudad abierta es el estandarte que quiero exhibir de puertas adentro, para los propios vitorianos. Esta ciudad ha sido gobernada durante muchos años de forma autárquica. Estamos en una provincia, Álava, en la que representamos casi el 80% de la población que hace que todo a su alrededor parezca un auténtico desierto. Y esa soledad ha ido forjando un carácter, mirarnos a nosotros mismos.. Por eso, cuando dice de un ciudad abierta es una nueva mirada que quiero liderar. Una ciudad que mira hacia fuera, a su alrededor y se pone en contexto. Que sea consciente de las nuevas dotaciones de infraestructuras que se están construyendo. Cuando veo la Y ferroviaria veo un auténtico ariete contra los muros negativos de Vitoria, una ciudad que necesita eclosionar, que disfruta de un nivel de vida extraordinario, que podemos aportar grandes cosas, pero después de muchos años encerrados en nosotros mismos, necesita sacar pecho.

Jordi Hereu. Desde el Conseil des Cent, del siglo XIV, la revolución industrial y desde el nacimiento del catalanismo político todo apuntaba a que para tener una estrategia de país tenía que construir una capital como instrumento de promoción, de proyección. Yo concibo la Cataluña actual como una red de ciudades con nodos en la que cada nodo ha de servir globalmente al proyecto de país para lo que sirve. Una capital no que lo absorbe todo, sino que te da oportunidades y que capta realidades porque éstas las liga a ciudades globales del mundo. Yo hablo de la red en Cataluña porque cada vez Lérida, Tarragona y Gerona, están más cerca en esa red. Tu necesitas cosas, y algunas las tienes sólo en la capital. Cualquiera que quiera construir un país tiene que tener claro esto. Aunque, en fin, esto es también un concepto de geometría variable.

PROBLEMAS Gobierno vasco

Patxi Lazcoz. Es curioso. Frente a esa concepción de nodos, aquí estamos en la antítesis. El componente territorial de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava ha hecho que el Gobierno ejercite una política de territorialización en la que no solo se repiten, sino se tripiten los servicios y las políticas educativos, culturales, sanitarios. Llevo ya tiempo hablando de una nueva concepción, de que tras la alta velocidad, vamos a ser, y que me perdonen todos los alcaldes y alcaldesas, una ciudad con tres alcaldes y con un o una presidente. La dimensión de Euskadi con dos millones de habitantes da para eso. Frente a esa complementariedad en Cataluña, aquí estamos perdiendo bastantes sinergias si seguimos dándonos la espalda en vez de sumar y seguimos con el de repetir. Hace poco estuve hablando con el alcalde de San Sebastián, Odon Elorza, para que los ciudadanos de Vitoria y San Sebastián pudieran utilizar indistintamente las instalaciones deportivas de cada ciudad.

Jordi Hereu. En Cataluña el catalanismo político tenía claro esto. Había un cierto nacionalismo que hablaba de que era difícil crear un país con una gran capital, porque podría comerse el país. No he participado nunca de esta concepción. Cataluña sin Barcelona no tienen ningún sentido. Ahora la apuesta es clara y se da la coyuntura para ir normalizado, en el buen sentido de la palabra, es decir consorciando con el Gobierno la política social, de vivienda. Estamos edificando esa realidad entre el Gobierno de Cataluña, y el Gobierno municipal, eso es una oportunidad, para una ciudad a la que, no olvidemos, nadie ha regalado nada.

P. L. Aqui o construimos esa red o vamos mal. Tenemos opciones de conectarnos con otras realidades a las que se ha dado la espalda como la conexión con la Meseta con Burgos, Valladolid, que va a estar a dos horas. Y, o lo hacemos, o no nos lo va a hacer el Gobierno vasco. Con la inercia que lleva el Gobierno vasco con las tres diputaciones que tienen mucho poder administrativo y económico, no es posible. O hay presión municipal o podemos alcanzar un nivel de fracaso notable en conectividad. Esto es cada vez más claro.

REPRESENTACIÓN Presupuesto

Jordi Hereu. El concepto de capitalidad te exige. Representas una realidad y hay que proyectarla, tanto hacia fuera como hacia dentro. Hay que cumplir el modelo social de cohesión y desarrollo.

Patxi Lazcoz. En Pamplona, por ejemplo, la capitalidad representa que el Gobierno Foral de Navarra entrega 14 millones de euros a la ciudad en concepto de capitalidad, precisamente para cumplir esos objetivos. En Madrid la ley les permite participar de algunos impuestos.

J. H. Efectivamente hay una determinada asignación de recursos. En Barcelona estamos en proceso de normalizar eso, porque hemos hecho hasta ahora un gran esfuerzo de gasto de suplencia frente a los gobiernos de Cataluña que no estaban para estas cosas. Ahora nos reconoce el Gobierno, y el Estado nos concede que nuestro Museo nacional de Arte, o el Liceo o el Museo Picaso, son equipamientos de capitalidad cultural. Un concepto que algunos en Cataluña no entienden y que tampoco entendían en Madrid. Claro Barcelona es otra capital...yo quiero una España como un espacio plural, como lo defiendo para Cataluña...

P. L. Bueno, aquí nosotros con encontrar el espacio en lo que es Euskadi me conformo. Aquí tenemos el reconocimiento de la capitalidad en una ley de articulo único, pero que ha tenido 28 años de silencio. No ha generado ninguna sinergia por la explotación de la propia ley. Por eso tengo ese empecinamiento, por estrujar ese artículo y por sacarle los mejores caldos. En Canarias por ejemplo cada cuatro años cambia la capitalidad. Hay una competición social arraigada, y sin embargo aquí hay una realidad sesgada. Aquí hablamos del barrio en el que está el Gobierno vasco, de Lakua, y no de Vitoria. La ciudad desaparece. Por eso primero quiero remover las conciencias, recuperar el orgullo de ser capital y después afrontar el siguiente escenario, el de lanzarnos a decir, algún tipo de reconocimiento nos tocará.

REDES DE CIUDADES Compartir

Jordi Hereu. Me parece interesante la voluntad política de desarrollar el concepto de capitalidad en Vitoria. Es un caso dinámico, está muy bien. Además el que no espabila....todas las ciudades van por ahí.

Patxi Lazcoz. En Euskadi falta incluso legislación, La ley Municipal está atascada desde hace años y la Ley del Suelo tiene dos años. Pero a mí me interesa lo que podemos compartir. Y en ese contexto de ciudades conectadas y de ese juego geoestratégico de cada vez más ciudadanos que se desplazan de una a otra vamos a tener que compartir incluso el ejercicio del Gobierno. Yo le escuchaba al alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, y al presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, cuando decían que la alta velocidad nos ha colocado en un contexto de 20 millones de personas. Es un nuevo espacio de oportunidad.

J. H. Belloch me expresaba que nuestra capacidad logística ha aumentado de manera descomunal con la alta velocidad. Las redes de ciudades cobran protagonismo. Yo soy representante de un socialismo municipalista. Es nuestra base. Los municipios somos Estado, gobierno y con una legitimidad básica. Hay de quien no cuide esta dimensión para afrontar los proyectos globales de legitimidad social.

P. L. La descentralización de las autonomías frente al estado ha sido fundamental, ahora toca reconocer la mayoría de edad de los ayuntamientos y hacer esa descentralización respecto de los gobierno autonómicos. Se ha perdido una oportunidad con la renovación de los estatutos, precisamente por el enconamiento de los debates.