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Entrevista:JUAN MANUEL DOMÍNGUEZ | Plaza Mayor

"La lluvia es la única que protege nuestros derechos"

A Juan Manuel, fotógrafo y diseñador gráfico de 63 años, le gustaba bastante Sous le ciel de Paris, de Edith Piaf. Hasta que empezó a oírla una y otra vez versionada en un solo de acordeón. "Varias veces al día. No puedes hacer nada. Cerrar las ventanas, subir tu música y pensar en otra cosa", explica. La destructiva versión de la canción se la regala a diario un rumano que toca el acordeón en la plaza Mayor, donde vive desde hace 30 años.

Pero ése no es el principal problema al que se enfrentan él y su mujer por vivir en el corazón de Madrid. "Hay dos eventos al mes en la plaza. La feria del sello, la fiesta de Ecuador, el día del cocido, la maratoniana misa de la Almudena o el día de Colombia... Ese día, había 5.000 colombianos saltando y bailando en la plaza. Los edificios se movían", protesta Juan Manuel.

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Lo peor de esos días, señala, son el montaje y el desmontaje de los escenarios, "que hacen un ruido infernal", y sobre todo, las pruebas de sonido. "Yo me pregunto si hay que estar todo un día con el 'probando, probando...' y el 'un, dos tres... un, dos, tres...".

Juan Manuel culpa directamente al Ayuntamiento de las fiestas en la plaza. "Esto se ha convertido en un continuo estado de excepción. Nunca sabes con qué nos sorprenderán al día siguiente". Cuando avisa a la policía, algo que sucede a menudo, los agentes suelen decirle: "¿Pero le molesta de verdad?".

En la conciencia colectiva existe una cierta idea de que el privilegio de vivir en el centro, en el corazón de Madrid, como es el caso de Juan Manuel, tiene un precio. Se supone que el de aguantar el ruido, la suciedad o los permanentes eventos. "Si el Ayuntamiento me pagara el alquiler, tendría otra actitud, claro. Pero no es así. Se supone que es bueno que aquí viva gente. Esto es una zona residencial. En cambio, utiliza la plaza para sus cosas".

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Mercados, fiestas, músicos ambulantes y un olor constante a orín. A eso se enfrenta casi a diario Juan Manuel. Excepto cuando sucede el milagro. "Nuestra bendición es la lluvia. Nuestra salvadora. Ese día no queda ni rastro de todo eso y podemos descansar en paz. Es la única que protege nuestros derechos", dice como hablando de la Virgen.

El día que Juan Manuel concede esta entrevista, que ha preparado a conciencia con un guión de quejas, la plaza se está preparando para celebrar la jornada de los mariachis. Lamentablemente para él, el parte meteorológico anuncia un día maravilloso.

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