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Reportaje:Preolímpico de voleibol

El reto de los campeones

La selección española apura su última opción de ir a Pekín

Amaya Iríbar

El italiano Andrea Anastasi hizo a España en septiembre campeona de Europa de voleibol. Luego regresó a su país. El equipo se quedó huérfano tras el mayor éxito de su historia; huérfano de padre y de hermano mayor porque Rafa Pascual, la leyenda, el mejor jugador español, se quedó fuera "por razones técnicas", según el argentino Marcelo Méndez, el nuevo técnico nacional. Pero ahí sigue el resto, según Méndez, "un grupo ambicioso que juega mejor bajo presión", y que afronta este fin de semana en el Preolímpico de Düsseldorf (Alemania) su última posibilidad de alcanzar los Juegos de Pekín. España debe ganar hoy a Cuba (Teledeporte, 20.00) si quiere aspirar a la cita olímpica -sólo se clasifica el campeón-.

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El equipo viajó la semana pasada a Italia para jugar dos amistosos, en una concentración conjunta con la selección italiana, dirigida ahora por Anastasi. España perdió ambos encuentros, pero el viaje sirvió para retocar el plantel y sentir una parte de la presión que vivirán en Düsseldorf. Ha sido la penúltima fase de una preparación que empezó a principios de mes cuando los jugadores, al terminar la temporada, llegaron al CAR de Sant Cugat. Allí les esperaban Méndez y los otros seis técnicos de la selección. Durante un par de semanas, refrescaron sistemas de juego y entrenamiento físico en sesiones de mañana y tarde.

"Son las condiciones perfectas para entrenar", reconocía José Luis Moltó, la torre del equipo con 2,06 metros, un veterano que roza las 400 internacionalidades, exuda buen ánimo, tiene callos en las manos de hacer pesas y huele al réflex de su rodilla dolorida. Como él, muchos de los jugadores se sujetan los dedos de la mano con esparadrapo o se vendan las rodillas porque el curso ha sido largo.

La vida en el CAR transcurre entre la residencia y el pabellón. Allí manda Méndez. Y en la cancha, Miguel Ángel Falasca -uno de los cuatro supervivientes de Sidney 2000, junto a Barcelona 1992 la única experiencia olímpica de España-, el mejor colocador de la última Copa del Mundo y líder del equipo, que no para de hablar durante todo el entrenamiento, con su voz grave y un suave deje argentino de su Mendoza natal.

Es por la tarde, así que toca ensayar jugadas. A un lado de la red, los presumibles titulares; al otro, los que luchan por un puesto. "La idea es repetir situaciones de juego reales", explica el técnico Rafael Puerto. Con los titulares está Israel Rodríguez, la promesa de 25 años, recién llegado de perder la Champions y la Liga italiana con el Copra Piacenza, todo músculo, piercing en una ceja y tatuaje en la espalda: "En los últimos meses ha habido pequeños cambios, pero llevamos tiempo juntos y eso viene muy bien para jugar".

"El equipo tiene motivación de sobra y es consciente de la importancia de estar en los Juegos", asegura el entrenador, que conoce muy bien a seis de los 12 hombres porque también lo son de su club, el Drac Palma. El mayor problema es que el preolímpico es a muerte: tres partidos en tres días, tres rivales (Cuba, Taiwan y Alemania)... y los alemanes juegan en casa. El domingo, sólo puede quedar uno.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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