El peor de los comienzos
La selección española de voleibol arranca del peor modo posible su participación en el preolímpico con una derrota ante Cuba (1-3)
La selección española de voleibol arrancó del peor modo posible su participación en el preolímpico con una derrota ante Cuba (1-3) que pone en serio riesgo su presencia en los Juegos de Pekín. La mitad del pasaporte olímpico pasaba, inexorablemente, por vencer en esta jornada inaugural y dejar para la última, ante Alemania, el desenlace final. Así era el guión previsto que había que seguir, pero España tomó otro rumbo bien distinto. Ante su particular "bestia negra" (la última victoria de España ante los antillanos en partido oficial se remonta a 1996), los hombres de Marcelo Méndez se mostraron titubeantes, nerviosos y con escasos recursos para superar a su adversario.
Orlando Samuels, el veterano entrenador cubano, había pedido a sus jóvenes promesas la serenidad necesaria para afrontar esta trascendental cita. Su prometedora selección no sólo dio muestras de un enorme aplomo sobre el Dome de Düsseldorf sino que doblegó a los actuales campeones de Europa y de paso abrió de par en par sus ilusiones olímpicas. Los internacionales españoles nunca llegaron a sentirse cómodos sobre la pista. Les faltó frescura y soltura, y los cubanos supieron rentabilizar al máximo las facilidades de sus contrincantes.
Ya desde el primer set comenzaron a vislumbrarse los problemas. Guillermo Falasca, todavía renqueante de una lesión en su hombro izquierdo, no aportó el primer punto hasta mediado el parcial (13-14). Justo cuando comenzó el despegue definitivo de los cubanos (13-17, 15-20, 18-22 y 18-25). En la segunda manga, el arranque fue más esperanzador (5-1, 7-3) merced a un mayor acierto con el servicio y que obligó a Samuels a agotar pronto su primer tiempo muerto. España mantuvo un mayor equilibrio en todas sus líneas y supo "leer" mejor las combinaciones de ataque de Oreol Camejo, uno de los colocadores más altos del mundo con sus 206 centímetros. Y, con cómodas ventajas (11-8, 18-11, 20-12 y 25-18), logró nivelar el partido.
El equipo español dio un nuevo paso atrás en el tercer parcial, en el que siempre fue a remolque (4-7, 8-12, 13-18, 16-22). Méndez intentó encarrilar la situación y reemplazó a Israel Rodríguez, con altibajos al igual que el resto de sus compañeros a lo largo del encuentro, por Luis Pedro Suela. La táctica sólo contribuyó a ''maquillar'' el resultado final (20-25) pero no evitó la derrota. A Cuba, con un favorable 2-1, sólo le restaba redondear su actuación. Y lo hizo con un soberbio cuarto parcial. Mañana, ante Alemania, Cuba debe refrendar sus aspiraciones. Y España, que se medirá a Taiwán -el rival teóricamente más débil,- tendrá que comenzar a echar cuentas.
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