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Apuntes

La facultad católica de Medicina suspende en profesores y hospitales

La Aneca juzga insuficientes los recursos de la universidad privada

Ignacio Zafra

El informe negativo que ha dejado en una muy delicada situación a la facultad de Medicina de la Universidad Católica de Valencia se basa en dos hechos: faltan medios humanos (profesores), y faltan recursos materiales (hospitales donde hacer las prácticas). La Aneca, la agencia estatal que ha elaborado el dictamen técnico, ha detectado graves carencias en ambos campos. Con un agravante: la desproporcionada previsión de alumnos de primer curso, que alcanza los 180, más de lo que tiene actualmente la Facultad de Medicina de Alicante, que está a punto de cumplir tres décadas.

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Fuentes que han seguido de cerca la tramitación de la solicitud del centro privado para impartir la carrera aseguran que el informe preliminar de la Aneca era "mucho más desfavorable". La universidad presidida por el cardenal y arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, dispuso de 20 días para tratar de solucionar las lagunas. Y lo consiguió, en gran medida, respecto a la parte escrita: la relativa al programa y al plan de estudios. No así en cuanto a la planificación del personal docente y de los convenios con hospitales, que sigue siendo "muy mala".

¿Ejemplos? La Católica apenas pudo acreditar, según las mismas fuentes, que tuviese profesores (de teoría) a jornada completa; no pudo acreditar un número suficiente de médicos docentes en los hospitales, ni qué tipo de relación tendrían con la facultad; no aportó documentación detallada sobre los convenios firmados con centros sanitarios (se trataba, en general, de acuerdos marco que no concretaban por ejemplo el número de camas asignadas en cada especialidad); y llegaba a mencionar un gran hospital que estaba en construcción. Daba la impresión, afirman las fuentes, de que todo eso se pretendía ir organizando a medida que fuesen pasando los cursos. Y eso, añaden, no es superficial. Entre otras cosas supone incumplir la orden ministerial de 31 de julio 1987 que regula las condiciones que deben cumplir los hospitales universitarios.

El informe de la Aneca debe ser ahora validado o no por el Consejo de Universidades, que se reunirá la semana que viene. Según un miembro de este último, es bastante improbable que el consejo desautorice el dictamen técnico. Casi todas las solicitudes para implantar nuevas carreras han sido presentadas por universidades privadas. Y la agencia ha informado favorablemente sobre el 70% de ellas. No es muy realista, por tanto, imaginar una rebelión del Consejo de Universidades, donde, además, las universidades públicas son clara mayoría. La Católica todavía puede recurrir ante los mismos actores, pero las carencias parecen demasiado graves como para ser subsanadas antes del curso que viene.

La universidad calificó ayer de "no definitivo" y "fácilmente subsanable" el dictamen, pero eso entra dentro de lo normal: la Aneca ha tumbado cuatro de sus ocho carreras cuando acaba de empezar el periodo de prematrícula, y las malas noticias suelen ahuyentar a los clientes.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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