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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Garnett anticipa algo grande

Los Celtics, en su primera final de la Conferencia Este desde 2002, desactivan a los Pistons en el arranque de la serie

Robert Álvarez

Kevin Garnett es el nuevo mesías en el Boston Garden, donde los Celtics suman 15 victorias consecutivas y reverdecen viejos tiempos. Vuelven a ganar, a estar entre los mejores, a dar cuenta de un rival tras otro. El último, los Pistons de Detroit en el primer partido de la final de la Conferencia Este. Necesitaban un triunfo en un partido de exigencia máxima y lo obtuvieron. Lo precisaban porque se les han observado debilidades como la de ser incapaces de ganar un partido lejos de su guarida, algo insólito en un aspirante al título. Aunque fuera en el Boston Garden, ganar a los Pistons, mantener a raya a un equipo con tanto oficio y jugadores de talento, amplía el crédito del Big Three. Pese a que Ray Allen continúa por debajo de su velocidad de crucero, Garnett y Pierce siguen alimentando las expectativas y pasando pruebas del algodón. Al fin y al cabo, los Celtics no disputaban una final de Conferencia desde 2002 y, de hecho, en los dos últimos años ni siquiera se habían asomado a los playoffs.

BOSTON CELTICS 88 - DETROIT PISTONS 79

Boston Celtics: Rondo (11), R. Allen (9), Perkins (5), Pierce (22) y Garnett (26) -cinco inicial-; Posey (2), T. Allen (0), Powe (4), Brown (4) y House (5).

Detroit Pistons: Billups (9), Hamilton (15), Prince (16), McDyess (14) y Wallace (11) -cinco inicial-; Stuckey (9), Maxiell (2), Ratliff (0) y Hunter (3).

Árbitros: Crawford, Willard y Wunderlich. Sin eliminados.

18.624 espectadores en el TD Banknorth Garden de Boston. Los Celtics dominan la serie 1-0.

4º CUARTO

3º CUARTO

2º CUARTO

1º CUARTO

22-17

19-23

28-17

19-22

Los Celtics dominaron el ritmo del partido y posiblemente tuvo bastante que ver en ello tanto el discreto estado de forma del base de los Pistons, Chauncey Billups, que sale de una lesión, como la espléndida actuación de Rajon Rondo, que anotó 11 puntos, dio siete asistencias y robó cinco balones. A partir de ahí, los Celtics se remitieron a la primacía de Garnett en todas y cada una de sus acciones, lo que le reportó 26 puntos, 9 rebotes, 4 asistencias y 2 tapones. Los Pistons, a base de insistir en el juego interior, lograron poner contra las cuerdas al equipo de Doc Rivers. Pero en el tercer cuarto, después de no haber forzado faltas, se decidieron a cargar el juego en el interior de la pintura. Cambiaron las tornas. Rasheed Wallace y McDyess las pasaron canutas mientras que Garnett y Pierce se ponían las botas: 44 puntos anotaron los Celtics en la zona, el doble que los Pistons.

Ninguno de sus espléndidos jugadores, ni Hamilton, ni Prince y mucho menos Billups, acertaron a poner una marcha suplementaria para revolucionar a su equipo. Los Pistons cavaron su fosa en ese tercer cuarto. Detroit sumó sólo un punto desde la línea de tiros libres, no logró un solo triple y acumuló siete de las 13 pérdidas de balón con que concluyó. Los Celtics adquirieron una ventaja respetable 69-57 y la administraron con relativa suficiencia. Pierce y los hombres de banquillo, también netamente superiores a los de los Pistons, se añadían al festival de Garnett, cada día más decidido a aprovechar la oportunidad para consagrarse con un título. El juego de los Pistons tendrá que subir muchos enteros en la serie si desean dar un golpe de efecto en el Garden.

Garnett machaca el aro de los Pistons la madrugada pasada.
Garnett machaca el aro de los Pistons la madrugada pasada.EFE

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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