La joya urbanística del interior
Como en la mayoría de los municipios andaluces, el control de los resortes urbanísticos ha estado detrás de los principales vaivenes políticos que ha experimentado Ronda. La segunda ciudad más grande del interior de Málaga, conectada con la Costa del Sol por una carretera diabólicamente curvilínea que en el futuro será sustituida por una autopista de peaje, es una de las joyas urbanísticas de la provincia. Si no, difícilmente se explica que el Grupo Independiente Liberal (GIL), del fallecido Jesús Gil, buscara implantarse a toda costa en la localidad durante años.
Sin embargo, gran parte de los proyectos urbanísticos diseñados para Ronda no han pasado de ser eso, proyectos. Entre estas promociones fallidas quizá la más emblemática sea la construcción de 800 chalés de lujo en el paraje de Los Merinos. Este proyecto, frenado finalmente por la crisis inmobiliaria que arrancó el pasado otoño, contemplaba también la construcción de dos campos de golf y tres hoteles. La Cuenca Mediterránea Andaluza negó en dos ocasiones autorización para que la urbanización pudiera captar agua del acuífero sobre el que estaba diseñada y tampoco aceptaba que pudiera recibir agua reciclada de la depuradora de Ronda. Además la Fiscalía abrió diligencias para investigar si la tramitación administrativa del proyecto había sufrido irregularidades.
Los Merinos abrió una fractura social en Ronda entre los detractores, especialmente grupos ecologistas, y los partidarios, organizados en una plataforma que respaldaba los intereses de los promotores de la urbanización. Entre los 47 colectivos que la componían estaban empresarios y el el PP y el PA, que ahora acaban de romper el pacto de gobierno.
Otro de los planes más polémicos, previsto en el avance del PGOU, es la construcción de un campo de golf de 18 hoyos ante la muralla árabe de la ciudad. El recorrido estará a escasos 30 metros de la muralla y los jugadores tendrán vista al casco histórico. El plan urbanístico, elaborado por el arquitecto Manuel González Fustegueras y que no acaba de ser aprobado prevé levantar unas 10.000 viviendas nuevas en la ciudad en los próximos diez años.
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