Dos empleados de Alejandro Sanz se declaran culpables

El juicio contra los empleados de Alejandro Sanz acusados por éste de extorsión y robo, acabó de la misma forma inesperada que transcurrió todo el proceso iniciado a finales de diciembre de 2006. Después de haberse aplazado su comienzo casi una decena de veces, terminó antes de empezar. Las partes llegaron a un acuerdo y ni siquiera se llegó a elegir a los 12 miembros del jurado. Carlos González, de 37 años, de origen cubano, y su esposa, Sylvia Alzate, colombiana, se declararon culpables de los cargos de extorsión y robo en el tribunal de Miami a cambio de que ambos delitos no figuren en sus antecedentes.

Cumplirán dos años de libertad condicional, una solución más que se suele pactar en los tribunales estadounidenses para saldar situaciones de "salida compleja". También pagarán los gastos de esa libertad vigilada, unos cincuenta dólares mensuales, y deberán mantener silencio sobre todos los detalles del caso, además de estar alejados de Sanz y su familia.