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Crónica:Gran Premio de Francia
Crónica
Texto informativo con interpretación

"No sé cómo lo he hecho"

Lorenzo dice que "fue un sueño" mientras Pedrosa, cuarto, se queja de los neumáticos

Oriol Puigdemont

Jorge Lorenzo sigue desplazándose en silla de ruedas de un sitio para otro. Y lo que le queda por aguantar al mallorquín, si no rebaja un poco su ritmo de accidentes (tres en dos fines de semana). Sin embargo, el atrevimiento de este joven prodigio del motociclismo español, de tan sólo 21 años, le lleva a completar actuaciones épicas como la de ayer. Él, un motorista que ofrece su mejor versión cuando peor pintan las cosas, volvió a ofrecer un recital de garra sobre la pista francesa, donde consiguió su cuarto podio de la temporada.

A estas alturas de la película, tras la quinta carrera, ningún recién llegado a MotoGP ha acumulado en la historia tantos puntos como los que constan en el casillero de Lorenzo (94). Y, visto el ritmo al que circula, da la sensación de que esto no ha hecho más que empezar.

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El podio que consiguió en Francia es un botín enorme si uno repara en cómo se desarrollaban las cosas en su entorno. Tras dos semanas de tratamientos de todo tipo (fisioterapia, mesoterapia y ultrasonidos) para recuperarse de las lesiones que arrastra en ambos tobillos (fractura del astrágalo en el derecho y rotura del ligamento lateral interior del izquierdo), Lorenzo llegó a Le Mans entre algodones. Tras completar una primera sesión de entrenamientos muy productiva (se sintió cómodo y terminó con el segundo mejor tiempo), se fue al suelo por la tarde, aunque la lesión no fue a más.

Sin embargo, sí se dio un costalazo bien fuerte el sábado por la mañana, cuando el neumático delantero de su moto perdió el contacto con el asfalto. Tras concluir quinto en la clasificatoria, Lorenzo se dispuso a apretar los dientes de cara a la carrera para cruzar la meta y arañar algún que otro punto. El bote que finalmente se llevó al zurrón era algo inimaginable el día anterior y también durante los primeros instantes de la carrera.

Y es que, además, Lorenzo arrancó mal. Como le ocurrió en Shanghai hace dos semanas, el balear necesitó algún tiempo para templarse, serenarse, y plantear su ofensiva. Cuando lo hizo (tercera vuelta), rodaba undécimo. A partir de ese momento, comenzó a engullir rivales a toda pastilla, hasta que contactó con el grupo que circulaba tras Valentino Rossi. Allí estaban Colin Edwards, al que Lorenzo fundió a final de recta (vuelta 19), Casey Stoner (vuelta 20), y Dani Pedrosa. Cuando se colocó a rueda de su enemigo íntimo, el catalán sólo le duró media pista.

"A decir verdad, no sé como lo he hecho", reconoció Lorenzo, exhausto y dolorido tras la carrera, pero satisfecho. "Las cosas no iban bien, pero Javier Ullate [uno de sus mecánicos] me ha dicho algo en la parrilla que me ha hecho pensar. Me ha dicho: 'Jorge, estos rivales son los mismos que tenías en Portugal'. Eso me ha dado confianza", aseguró el bicampeón del mundo de dos y medio. "No soy ningún héroe, y hoy no habéis asistido a ningún milagro. Todo ha sido trabajo duro y fuerza mental", cercioró Lorenzo, que vuelve a estar empatado a puntos con Pedrosa, ahora en la segunda plaza de la general, a tres de Rossi. "Evidentemente que me fastidia haber perdido el liderato del campeonato", resumió Pedrosa. "Más que nada, lo que me disgusta es haberlo perdido ahora, justo antes de ir a dos circuitos como Mugello [1 de junio] y Montmeló [8 de junio], que tienen rectas bastante largas y donde, seguramente, sufriremos en términos de velocidad punta", ahondó el tricampeón del mundo, que, a la hora de buscar un culpable del resultado de ayer, apuntó directamente a la parte delantera de su moto. "Ya en las primeras vueltas me he dado cuenta de que le pasaba algo al neumático delantero. La moto era inconducible en las rectas, sobre todo a la hora de frenar, e incluso ha habido varias veces que casi me caigo", añadió el catalán, que quedó fuera del podio por primera vez esta temporada. Y relativizó: "Terminar cuarto en estas condiciones no es tan dramático".

Un mecánico ayuda a Lorenzo a caminar tras la carrera.
Un mecánico ayuda a Lorenzo a caminar tras la carrera.REUTERS

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