Vietnam, nuevo imán para la inversión
El país asiático lleva dos décadas creciendo a una media anual del 7,5%
Vietnam ha emprendido un ambicioso proceso de desarrollo con la vista puesta en 2020, año en el que quiere ser un "país moderno, tecnológica e industrialmente avanzado". Se apoya en los logros obtenidos desde que abrió las puertas al mercado -en 1986 con la política de doi moi (renovación)- y en el entusiasmo que despiertan su estabilidad y su economía entre los inversores extranjeros. Una luz roja, sin embargo, se le ha encendido en los últimos seis meses: la inflación se ha disparado y en abril se situó por encima de los dos dígitos.
En 2007 hubo un auténtico boom de la inversión exterior. Con un PIB de apenas 70.000 millones de dólares, los compromisos alcanzaron los 20.000 millones y el desembolso superó los 8.000 millones de dólares, la mayoría procedente de países de su entorno: Corea del Sur, Taiwan y Japón, pero también de Estados Unidos y de la Unión Europea.
El entusiasmo de la población por desarrollarse es un gran aliciente
Vietnam está considerado por el Banco Mundial como "un modelo" de desarrollo por la rapidez con que ha sacado de la miseria a millones de ciudadanos. Al principio de la década de los ochenta, el hambre hacía estragos en un país devastado por 30 años de guerra y por la desastrosa colectivización que impuso el presidente Le Duan tras la reunificación nacional, en 1975. Muerto Le Duan, en julio de 1986, la liberalización de la agricultura y de la economía obró el milagro.
De ser importador neto de arroz, en 1989 ya se autoabastecía y hoy es el segundo exportador mundial. Además, la diversificación de cultivos permite también la exportación de otros productos agrícolas. El campesinado, que supone el 70% de los 85 millones de vietnamitas, ha multiplicado por diez sus ingresos en estos años y el PIB se ha cuadruplicado. Las consecuencias han sido la reducción del índice de pobreza desde el 70% hasta menos del 20%.
La legalización de la propiedad privada en el año 2000 dio un nuevo impulso al desarrollo industrial. Las exportaciones pasaron de 800 millones en 1986 a 45.000 millones el año pasado, afirma Isaac Martín-Barbero, consejero comercial de España en Vietnam. Sin embargo, el hecho de que la economía se haya orientado fundamentalmente hacia la exportación la convierte en vulnerable ante una situación como la actual, de incertidumbre internacional, porque su principal socio comercial es Estados Unidos, el país más afectado.
El dinamismo de la sociedad vietnamita, la ausencia de conflictos, una mano de obra más barata que la china y su juventud (el 60% de la población nació después de la guerra) son los principales atrayentes de la inversión exterior. El problema es que no hay apenas obreros cualificados, lo que retrasa la puesta en marcha de los proyectos, pero el ansia de aprender es enorme.
El entusiasmo del país por desarrollarse es sin duda un aliciente. Los vietnamitas luchan por mejorar su nivel de vida con el mismo empeño con que se liberaron de los invasores extranjeros -chinos, japoneses, franceses y estadounidenses-. Después de tanta penuria, se han lanzado a la conquista del consumo, que ha recalentado la locomotora de la economía. Casi todas las casas tienen un pequeño comercio o un taller, y sus espléndidas playas se han llenado de diminutos restaurantes, hostales y hoteles. Miles de pequeños y medianos empresarios han solicitado microcréditos o créditos para incrementar sus negocios.
Ellos serán los más afectados por la política crediticia más restrictiva que va a poner en marcha el Gobierno para luchar contra la inflación, una medida que puede restar hasta un punto y medio al crecimiento de este año, que el Gobierno de Hanoi preveía que alcanzara el 9%. Con las nuevas medidas de cautela, las autoridades también quieren luchar contra el enorme déficit comercial que comienza a acumular el país. Vo Tri Thanh, director de Política Comercial, sin embargo, no da demasiada importancia a este déficit, provocado por la importación masiva de maquinaria y equipo necesarios para desarrollar las infraestructuras y la base industrial y tecnológica.
La falta de una mínima red de infraestructuras se perfila como uno de los mayores obstáculos al avance de Vietnam, que este año ha tenido que recurrir a comprar electricidad en China ante su falta de capacidad para hacer frente a las nuevas necesidades.
El empresariado español, cuya inversión en Vietnam sigue siendo mínima, ha encontrado en las infraestructuras su mayor polo de atracción. Un consorcio de empresas españolas compite por hacerse con una de las seis líneas proyectadas para el metro de Ciudad de Ho Chi Minh. La vieja Saigón es la principal urbe del país, con ocho millones de habitantes. Y Técnicas Reunidas participa ya con un proyecto de 400 millones de dólares en la primera refinería del país. Situada en la provincia de Quang Ngai, en el centro de Vietnam, la refinería de Dung Quat, con un coste de 2.500 millones de dólares, debe entrar en funcionamiento en 2009 con una producción de 6,5 millones de toneladas anuales.
Vietnam es productor de petróleo, pero todavía tiene que importar todo lo que consume. En 2007 se gastó 8.000 millones de dólares en la importación de 12,55 millones de toneladas de refinado y sus necesidades aumentan anualmente el doble de lo que crece la economía. El Gobierno pretende autoabastecerse y este mes de mayo ha iniciado la construcción en el norte del país de un segundo complejo petroquímico por valor de 6.200 millones de dólares, que en 2013 debe producir 10 millones de toneladas anuales. A estas dos refinerías se sumaría una tercera que se estudia construir en el sur del país.
El turismo es otro de los grandes sectores en expansión y en el que España, con cadenas como Meliá, está ya presente. Los ingresos totales por turismo alcanzaron el año pasado los 3.500 millones de dólares, casi un 17% más que el año anterior. Las previsiones para este año son igual de optimistas. Se esperan aproximadamente unos cinco millones de visitantes extranjeros. En la actualidad, un grupo de consejeros españoles coopera con el Departamento de Promoción del Turismo para impulsar la imagen turística de Vietnam y promover la publicidad de aquí a 2015.
"Tigre o dragón, llámelo como quiera pero el país tiene un enorme potencial si el Gobierno sigue avanzando en las reformas, aunque ahora falta lo más difícil", señala Vo Tri Thanh. "Necesita adaptar las instituciones financieras a los nuevos tiempos, reducir y modernizar la carga de la Administración y reconducir la actividad de las poderosas empresas estatales", afirma el principal asesor del Gobierno en la integración económica internacional de Vietnam, que incluye el ingreso en la Organización Mundial del Comercio, en enero de 2007. -
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