Goya y Modigliani trasnochan
Cientos de visitantes acuden a las pinacotecas, abiertas hasta medianoche
La Noche de los Museos tuvo ayer dos estrellas: Goya y Modigliani. Cientos de visitantes acudieron ayer a una hora poco usual para ver al cronista visual del alzamiento del 2 de mayo de 1808, en el Prado, y al bohemio incorregible que participó en la revolución del arte contemporáneo a principios del siglo XX, en el Thyssen Bornemisza. Goya era un atractivo irresistible. Dos de sus mayores telas, La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo, se mostraban de nuevo con su esplendor original. Y en pleno año del bicentenario de aquellos hechos. La sala 39 del Prado, donde se exhiben los dos cuadros, estaba atestada a las once de la noche. Uno de los espectadores, Carlos Carrizo, de 38 años, le explicaba a su pareja, Lorena Cruz, de 39, su fascinación por el autor de las pinturas negras. "Son dos cuadros que sin ser quizá virtuosos como la Maja desnuda o La familia de Carlos IV, logran un conjunto impresionante", explicaba Carlos, que aseguraba ser tan sólo un aficionado a la obra de Goya. Ambos estaban encantados de poder recorrer los principales museos de la capital por la noche. De hecho, venían del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Allí la oferta había sido una "performance con música y teatro", algo "difícil de entender", según Lorena. "Al estilo de La Fura del Baus", resumía Carlos.
La Noche de los Museos abría desde las siete de la tarde. La oferta era múltiple. Estaban el Sorolla, el Nacional de Artes Decorativas y el América, entre tantos. Pero lo interesante era que casi todos abrían hasta la una de la madrugada. Y gratis. Era la víspera al Día Internacional de los Museos, que se celebra hoy domingo, con más de 2.000 salas abiertas en toda Europa. Carlos y Lorena, sin embargo, tuvieron suficiente tras Goya. "Ahora, a tomar una cerveza". Cuando ellos salían, centenares de rezagados aún hacían cola a las puertas del Prado. Y eso que la última visita era a las 23.30.
Mientras, en el Thyssen reinaba Modigliani. "Lo mejor son los retratos y las esculturas", señalaba Rosa Navarrete, de 50 años, junto a sus dos hijas, Candela, de 19, y Paula, de 21. La destreza del autor italiano para combinar la estilización del gótico con la rigidez de las máscaras africanas las había seducido. Eran de las afortunadas que habían llegado antes de las diez y que pudieron recorrer la exposición Modigliani y su tiempo sin prisas ni estrecheces.
Fue también una noche para descubrir. Como les pasó a algunos en el Museo Arqueológico Nacional. Sara Toro, ecuatoriana de 27 años, y Jason Pineda, dominicano de 23, se fijaron en las tumbas romanas y otras ruinas de la península Ibérica. "Te da una idea de todas las culturas que han pasado por España, desde los romanos a los musulmanes y demás", repasaba Sara. "Es fascinante", añadía Jason. El Prado y Goya lo dejaban para hoy, cuando varias salas, como el Thyssen, el Reina Sofía y el Arqueológico, entre otros, abrirán sus puertas para celebrar el Día Internacional de los Museos. Una última oportunidad para ver algunas muestras, como la de Modigliani.
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