Dirigentes de IU abren una 'tercera vía' entre la cúpula y los críticos
Un grupo de militantes presenta una candidatura alternativa en Euskadi
Un grupo de dirigentes de IU -entre ellos el secretario de Organización y los hombres fuertes en Madrid y Cataluña- ha impulsado un manifiesto titulado Creemos en el futuro de IU con el que pretenden evitar "ajustes de cuentas" entre sectores en la Asamblea Federal del próximo noviembre, la que dirá adiós a Gaspar Llamazares. "Un choque de trenes en esa asamblea sería nuestra ruina. Todos hemos cometido errores pero ahora hay que buscar como sea el consenso. Este manifiesto no es contra nadie", dijo ayer Manuel Cámara, secretario de Organización, que cree que Llamazares no se sentirá traicionado: "Se lo habíamos comunicado, sabía que esto iba a pasar".
Varios dirigentes han suscrito el manifiesto 'Creemos en el futuro de IU'
El escrito se distancia de la dirección de IU (de la que formaban parte o a la que han apoyado durante años varios de los firmantes) y pide "una nueva organización, transparente, democrática y participativa", con un "funcionamiento democrático más escrupuloso" y que represente "al conjunto de la organización y no a una de sus partes".
Pero también se desmarca de la postura más crítica, la del núcleo duro del PCE, y del acta de defunción de IU que levantó el ex coordinador Julio Anguita hace semanas. "El proyecto de IU no solo no ha muerto, sino que puede y debe ser relanzado, empezando por saber qué y por qué nos ha pasado", sostiene el manifiesto.
Y lo que ha pasado es que "la falta de trabajo colectivo y el ancla del conflicto interno constante" impiden a IU centrarse en lo fundamental: "Hacer política". Contra eso sólo queda ahora aunar fuerzas, aunque el escrito no dice cómo lograrlo. Está firmado por Cámara, Ángel Pérez (Madrid), Joan Josep Nuet (Cataluña), Adolfo Barrena (Aragón) y Francesc Matas (corriente Redes). Otra decena de dirigentes lo respalda sin dar su nombre.
En Euskadi, la corriente crítica al coordinador general, Javier Madrazo, presentó ayer su candidatura alternativa para la asamblea del 31 de mayo y 1 de junio en la que se elegirá la nueva ejecutiva. Sus impulsores, cuya cabeza visible es Oskar Matute, portavoz de Ezker Batua en el Parlamento vasco, admiten de antemano su derrota, ya que Madrazo dispone al parecer de más del 62% de los delegados.
Una de sus críticas es el censo -han impugnado a cerca de 400 afiliados-, que consideran "manipulado" por Madrazo. EB, que en 2006 tuvo 41 altas y en 2007 se quedó en seis, ha registrado cerca de 280 nuevos militantes desde marzo, un dato que no cuadra a los críticos sobre todo "tras los malos resultados de las últimas elecciones".
Abogan por una "profunda renovación" de la formación, especialmente para que el futuro "no dependa de la permanencia" en el Gobierno vasco, donde EB está junto al PNV y EA, y que ha llevado a "desdibujar" el perfil del partido. Este grupo asegura representar al 40% de los responsables locales de EB "y a todo el elenco" ideológico, salvo el PCE.
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