El mapa del tiempo

El primer regalo, público, que le hicieron anteayer por la noche sus compañeros de TV-3 a Mònica Terribas fue un mapa del tiempo.

La periodista acababa de ser nombrada directora este mismo día y, aunque hacía días que debía de saberlo, aprovechó su última noche al frente de La nit al dia, el informativo bandera de la cadena, para despedirse de sus colaboradores y de la audiencia (una media de 116.000 espectadores), que madrugada a madrugada ha ido siguiendo el exhaustivo repaso de la actualidad que esta periodista de raza y convicción conseguía convertir -pese a algunas interminables entrevistas un tanto soporíferas- en un espacio de cultura y casi de entretenimiento.

Lo de anteayer tenía morbo. La periodista, en contra de lo que suele decirse, era la noticia, pero ella, tal vez por pudor, pasó por alto la lectura del titular de un diario que recogía la noticia de su nombramiento oficial como directora de TV-3 en la portada. Todo fue avanzando con más o menos normalidad -aparte de anunciar en antena que el programa continuará tal como está; el lunes la sustituirá Albert Closas- hasta que llegó el apartado dedicado al tiempo. Le esperaba Tomàs Molina, el colaborador con el que ha mantenido a lo largo de estos años un cierto coqueteo cómplice con el que se conseguía relajar a la audiencia y dar un tono más coloquial y desenfadado a la información.

De coña, él la trató de usted de forma ostentosa y bromeó con insistencia sobre su nombramiento. Tenía algo de reality esta complicidad tan humana entre colegas que tuvo su colofón cuando Molina le mostró, al fin, el nuevo mapa de Europa que ella le había ido reclamando de forma insistente en antena desde hace mucho, mucho tiempo. Según Terribas, el mapa de Europa que se enseñaba era confuso y no abarcaba todo el continente. Los meteorólogos de TV-3, la verdad, deben tener mucho poder porque hasta ayer no se decidieron a escucharla. O ella tenía muy poco peso al ser también la editora del informativo.

En todo caso ahora lo tiene y el mapa, en cierta manera, parecía simbolizar que habrá cambios en la cadena y que estos serán rápidos. Después de tanta espera para desespero de los profesionales de la casa, comienza una nueva época en TV-3 en la que nada será fácil. La audiencia está en caída libre desde hace algunos años -debido a la llegada de nuevas cadenas generalistas, al crecimiento de la población, que ha reducido el número de catalanohablantes, y a una programación un tanto errática y poco estimulante estas últimas temporadas- y recuperarla en lo posible tendrá que ser uno de sus objetivos. Está por ver si la nueva ley de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales será una ayuda o, como se ha demostrado hasta ahora, un pesado fardo. Aún falta el último paso de este vía crucis al que los partidos políticos han sometido a los profesionales de los medios públicos catalanes. Queda por nombrar el comité de 21 miembros que deben asesorar en lo que respecta a la programación y que, ¡Dios mío!, también tienen que ser elegidos por el Parlament con dos tercios de los votos.

Será con ellos con los que Terribas tendrá que mantener el pulso para hacer valer la independencia y profesionalidad que exige su cargo y que ella, no en vano la denominan La Terribles, ha defendido estos años. Fuerza tiene, e ilusión, tal como confesó en su despedida de La nit al dia, también. Sus últimas palabras fueron: "Sempre al servei del poble". Pues bien, esperemos que pueda servirlo y que cambien cosas más allá del mapa del tiempo.